Shakira sonríe porque ha conseguido llegar a un acuerdo con Gerard Piqué y dentro de nada se llevará a sus dos hijos Milan y Sasha en Miami. Shakira sonríe porque su padre nonagenario ha recibido el alta hospitalaria y se encuentra mejor. Shakira sonreirá el día que ella y su ex consigan vender su mansión de 4000 metros cuadrados en Esplugues con vistas a toda Barcelona por el precio que piden, una verdadera morterada: entre 10 y 15 millones de euros, una casa de lujo sólo al alcance de los bolsillos más repletos, con piscina, pistas de tenis, estudio de grabación y todo lujo de detalles. Pero Shakira no sonreirá si esta mañana entra en las redes sociales y ve cómo mucha gente la pone de vuelta y media después de lo que ha hecho una colega de profesión que, de rebote, le afecta a ella.
El próximo domingo la cantante colombiana tiene una cita en el estadio Al-Bayt en Al Khor, en Qatar, en la ceremonia de apertura del Mundial que se disputa hasta finales de diciembre en aquel país. Porque la intérprete de Monotonía cantará aquel día en el estreno de la gran cita de selecciones internacionales y se convertirá en la primera cantante de todo el mundo que actúa en cuatro Mundiales diferentes, después de su paso por Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014:
Dentro de poco veremos la cara de Shakira, suponemos que sonriendo, en la inauguración de un Mundial que no se tendría que haber disputado nunca donde se disputará, en un país donde las libertades brillan por su ausencia, donde hay LGTBIfobia y machismo, donde han muerto decenas de personas trabajando en condiciones infrahumanas para construir los estadios, donde la FIFA más corrupta de la historia se pone de perfil a cambio de petrodólares y donde todo el mundo mira hacia otro lado, empezando por los gobiernos, siguiendo por las selecciones participantes y acabando con los futbolistas y aficionados. La moralidad, los valores y la dignidad se entierran bajo tierra y durante un mes, muy contentos con el opio del pueblo y fútbol en vena desde el 20 de noviembre hasta el 18 de diciembre, en un periodo impropio e indigno, parando las competiciones nacionales de todos los países para jugar en una época donde el calor no fundiera a los futbolistas en la época que hubiera tocado, el verano. Como ha dicho Santiago Segurola en El món a RAC1, "la realidad del fútbol es terriblemente perturbadora. Nos dan una droga que es el fútbol para que no podamos ver más allá, y ver un sistema mafioso y profundamente podrido". Pero quien ha dicho que no piensa formar parte de este circo, quién no se ha puesto de perfil, es la cantante Dua Lipa.
La cantante británica, estrella mundial, ha dicho que no cuenten con ella, que no piensa tomar parte del paripé lamentable que rodea la Copa del Mundo. ¿Por qué? Por pasarse los derechos humanos por el forro. Y ella ha dicho que mientras eso no cambie, que no cuenten con ella: "Hay muchas especulaciones sobre mi presentación a la ceremonia inaugural del Mundial de Fútbol Qatar 2022. No me presentaré y no he tenido ninguna negociación para hacerlo. Estaré animando a Inglaterra desde lejos. Estoy deseando visitar Qatar cuando haya cumplido todos los derechos humanos que prometió cuando ganó el derecho a albergar el Mundial de Fútbol". Bum. En toda la cara. En toda la cara de la FIFA. En toda la cara de Qatar. En toda la cara del mundo del fútbol. Y en toda la cara de Shakira.
Bofetada con la mano abierta a alguien que sí que estará, a una cantante encantada de la vida de ir a la ceremonia de apertura al Mundial de Qatar y que todos los focos lo enfoquen a ella. Una Shakira que hará oídos sordos y que irá a cantar para que todos los oídos escuchen sus temas y se queden embelesados con su performance... La red se ha pronunciado:
Hay prioridades y prioridades...