Sensacional retorno de Els meus pares a la parrilla televisiva de los jueves en TV3. Gemma Nierga consiguió hacer uno de los programas más emotivos que se recuerdan, con la presencia de dos personas que te llevarías en casa, los padres de la cantante y actriz Elena Gadel. La extriunfita triunfa hace años encima de los escenarios, cantando en musicales o actuando en series como Com si fos ahir, que este viernes llega al capítulo 500. Elisa Ucea y Antonio Delgado son los padres de la criatura. Ella, de Granada, y luciendo un excelente catalán después de muchos años viviendo aquí. Él, de Extremadura. Después de vivir un tiempo en El Masnou, donde vio el mar por primera vez, al volver a casa le dijo a la familia: "Oye, yo quiero vivir allí. Aquello me gusta, se está muy bien".
Establecidos cerca de la Sagrada Familia, demostraron que para ellos, la familia es sagrada. Una familia de sólo ellos dos y su niña, una Elena Gadel que cuando llegó el boom OT y la veían poco, hizo saltar las lágrimas de un emocionado padre, que siente adoración por la cantante, y que entonces no la pudo ver todo lo que quiso. Con la voz rota reconocía que "lo que noté mucho fue el cambio de tener a Elena en casa y a partir de ahí... es como si hubiera desaparecido, porque la veíamos en la tele... y para mí no era suficiente". Imposible no emocionarse escuchándolo. Puedes verlo cliqueando la foto a partir del minuto 29':
Más sonrisas provocó ver unos vídeos inéditos de Gadel de cuando era niña y actuaba en obras de teatro en la escuela o se dejaba grabar disfrazada y cantando en vídeos caseros:
Al igual que cuando comen juntos Gadel, sus padres, su pareja y sus suegros. La cantante y actriz hace tiempo que vive con el músico Toni Pagès, uno de los mejores baterías del país, y con quienes tienen un hijo. Ellos mismos explicaban cómo se conocieron, cuando ella era la mítica 'Rizzo' del musical Grease y él uno de los músicos del espectáculo: "No me hacía caso. Ella era una de las actrices, con su camerino", dice él. "Sí, claro, claro, te miraba por encima del hombro", rebate ella socarrona. "Y yo venga a tocar, a ver si 'me seguía el ritmo', pero no había manera.". Hasta que llegó la llama.
Una familia entrañable. Un Els meus pares delicioso.