Emma Vilarasau es la mejor actriz de Catalunya. Así de claro y catalán. A juicio de quien os habla, no hay ningún tipo de duda. Que cada uno piense lo que quiera que servidor lo tiene claro. Nadie como ella tiene la capacidad de emocionarnos, conmovernos, hacernos reír, hacernos llorar, dejarnos con los ojos como platos plantados en la butaca de un teatro, de un cine o en el sofá de casa. Todo, absolutamente todo lo que hace es de traca. Actriz mayúscula, emoción en cada gesto o palabra que hace o dice, vierte veracidad, credibilidad, humanidad, sinceridad y emoción en todos los papeles donde se deja la piel. Y si encima, has tenido el inmenso placer de haber podido conocerla y tratarla a menudo, de haber podido charlar con ella, además te das cuenta de que aparte de su descomunal talento interpretativo, tiene una bondad, desprende una bondad que te desarma.

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Emma Vilarasau / TV3

Protagonista inolvidable de numerosos filmes y series, muchas de ellas en TV3, Emma forma parte de las vidas de muchas generaciones de espectadores catalanes. Eterna 'Eulàlia Montsolís' en Nissaga de poder, maravillosa 'Teresa' en Ventdelplà, también nos robó el corazón en Mirall trencat, Secrets de família, Majoria absoluta, Els sense nom, La cabra, o qui és Sylvia?, Agost, Carta d'una desconeguda, Qui té por de Virginia Woolf  y tantas y tantas obras de teatro, películas y series, como la última, la despampanante L'oreneta con Dafnis Balduz. Para los espectadores de TV3, claro está, un papel formó, forma y formará parte de nosotros para siempre, el de Eulàlia Montsolís, aquel amor incestuoso con su hermano Mateu, aquel 'Eduard' que no sabe que es hijo de ella, aquel final trágico. Un personaje que lo tenía todo, y que gracias a su interpretación nos emocionó de mala manera cada tarde después de comer, ahora hace ya 26 años, que se dice pronto. Pero por mucho que pase el tiempo, cuando Emma oye la música o ve una escena, se le ponen los ojos llorosos de nostalgia. Es impresionante ver cómo todavía se emociona recordándola, como le pasó este sábado en el programa Col·lapse de Ricard Ustrell:

Eulàlia era una mujer fuerte, segura de sí misma, que plantaba cara a todo el mundo, que hacía lo que quería y que no pedía permiso a ningún hombre para hacer lo que le saliera del moño. Sólo faltaría. La realidad de la sociedad que nos rodea, sin embargo, no es así siempre, desgraciadamente. Todavía ahora muchísimas mujeres tienen que vivir bajo la aprobación y el beneplácito de los hombres, bajo los estándares y los cánones de qué está bien y qué está mal. Vilarasau tenía 37 años cuando hizo aquel papel inolvidable. Ahora tiene 63. Pero todavía tiene que lamentar que "mi físico todavía ahora me provoca inseguridades. Incluso hoy aquí sentada. ¿Crees que es normal? No, pero paso. ¡Nos miramos con la mirada masculina, y no puede ser! Esta mujer de 25 años, guapa, eternamente joven, es la mirada de los tíos sobre las tías. Y estaría bien que las tías dejáramos de tenerla, porque nos ha hecho mucho daño. ¡Y ahora que me hago mayor, y estoy orgullosa de hacerme mayor, digo 'pues ya está! tienes 63 años... ¡puta madre! de verdad, puta madre'!. Ahora estoy mucho mejor que muchos años atrás":

Una Emma que nos emocionó y que se emocionó con el mensaje que le envió su hijo en la ficción, el 'Biel' de Ventdelplà, el actor Carlos Cuevas: "Querida, gracias por tu amor y cariño y por cuidarme en unos años tan importantes de mi vida. Gracias por transmitirme el amor por mi oficio. Decidí que quería ser actor teniéndote a ti al lado. Me gustaría mucho que nos volviéramos a ver". Su hijo de verdad, Marc (tiene otro, Jordi, los dos con el actor Jordi Bosch), sigue sus pasos y también es actor, cosa que de entrada no le hizo mucha gracia: "Al principio me costó, es una profesión difícil y tenía dudas. Pero ahora cuando lo veo en el escenario me siento muy orgullosa."

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Emma Vilarasau y su hijo Marc, también actor / TV3

Emma Vilarasau, maravillosa mujer, actriz y madre.