La Policía Nacional ha detenido en un hotel de la localidad andaluza de Matalascañas a un hombre que llevaba meses en busca y captura. Su nombre será familiar para los más veteranos: Ernesto Neyra. Un bailarín flamenco con una historia bien oscurita a sus espaldas, y que ha ocupado montañas de portadas de revistas gracias a su matrimonio, corto pero intenso, con Carmina Ordoñez, madre de los toreros Fran y Cayetano. Una señora muy famosa que murió en la bañera de su casa en circunstancias siempre controvertidas. Muchos acusan a Neyra de haber sido una influencia pésima para la celebrity, incluso con acusaciones de maltrato hechas públicas en televisión, aunque un juez las desestimara por falta de hechos probatorios.
En todo caso, las sospechas de abusos han acompañado la vida del personaje, con testimonios de antiguas parejas o su última esposa, Lely Céspedes. Nunca ha recibido una condena por estas cuestiones, pero Neyra ha entrado en prisión por no haber ingresado en un centro penitenciario el pasado mes de febrero, después de no pasar la pensión a sus hijos durante años. Tanto tiempo evadiendo sus obligaciones, con una deuda que llegó a superar los 50.000€, han acabado por convertirlo en el recluso más famoso de la prisión de Huelva.
Una nueva mancha turbia y penosa en un currículum para llorar. Tendrá unos meses para reflexionar. O no.