El título de esta pieza pone qué le ha pasado en el metro con un hombre, pero bien podríamos haber puesto qué le ha pasado con un machista repugnante e intolerante. La actriz catalana Estel Solé, conocida, entre muchos papeles, por su participación en La Riera de TV3, es mucho más que una excelente actriz. También es una escritora espléndida, con cuatro libros publicados, uno de ellos, de poesía, que le proporcionó ganar este año el premio Amadeu Oller, Dones que somiaven ser altres dones (Mujeres que soñaban ser otras mujeres).
Como ella misma dice, "Hacemos de todo y cómo podemos: escritora/actriz/producción-guion-dirección de acontecimientos culturales". Actualmente, además podemos verla muchas semanas participando en el debate de Xavier Sardà de los jueves, Obrim fil en TVE.
Solé, además, tiene la buena costumbre de decir a las cosas por su nombre y no callarse ni una, especialmente, cuando el receptor de su mensaje es alguien intolerante, egoísta, machista y otras virtudes que tienen muchos hombres hoy en día, desgraciadamente.
La actriz y escritora acaba de verbalizar en voz alta un hecho que por desgracia, se repite a menudo en los vagones de metro, y que seguro que muchos de los lectores habrán sufrido en su propia piel. Pero es que además, a la desagradable experiencia hay que añadirle un componente retrógrado por parte del intolerante, que no sólo no se ha retractado, sino que ha sacado pecho, con increpaciones, insultos y amenazas machistas y asquerosas.
Vamos por partes. Este lunes, Estel publicaba un tuit en redes donde decía que "Mal rayo fulmine a la gente que tiene la mala educación de poner música con el altavoz a todo trapo dentro de los trenes/metros". Acompañaba la explícita queja una imagen de Macaulay Culkin en Solo en casa, cargando una escopeta. Una imagen muy gráfica de la ira que le provocan energúmenos como el que se encontró ella que tanto proliferan.
Personajes habituales de los vagones de metro que se piensan que van solos, que se creen que están en su casa haciendo una fiesta o que al resto de los pasajeros nos interesa muchísimo la música que él escucha. Gente a la que le resbala totalmente si alguien a su lado quiere leer, mirar el móvil en silencio, hablar con un acompañante, dormir o pensar en sus cosas camino de casa o del trabajo.
Solé no se ha quedado aquí y ha profundizado en su queja, explicando cómo fue el encontronazo con este maleducado. Dice que un señor estaba fastidiando a los compañeros de vagón, ella incluida. También viajaba "Una chica que le dice al señor que está molestando a todo el vagón. Nos sumamos 5 mujeres más".
El hombre, lejos de retractarse, las "increpó, nos insulta y cierra con 'tenéis suerte de ser mujeres que sino...'". Ella misma acaba la frase que seguro le ha pasado por la cabeza al energúmeno: "nos revienta/mata. Cuando un hombre no nos mata, todavía tenemos que dar las gracias. Machismo por todas partes".
Solé ha reconocido que ella no reaccionó en un primer momento, cosa que sí hizo la chica: "Y quiero agradecer mucho el gesto a la primera chica que ha ido a decirle al tio que era un maleducado, porque hacía rato que yo quería hacerlo, pero he tenido miedo. Gracias por empoderarnos. Lo hemos acosado entre todas".
Nos sumamos a la denuncia de Estel. Ojalá dejemos de ver a impresentables con la música a todo trapo en los vagones de metro. Y sobre todo, que dejemos de ver de una vez por todas a machistas lamentables.