Catalunya ha sido históricamente una tierra de donde surgen grandes figuras de la moda y las pasarelas. Una de ellas no nació en el país, pero vino de bien pequeña desde Albacete. Y se quedó, formando parte de la hornada de modelos top que arrasaban en los 90, como Judit Mascó o Martina Klein. Ella era Esther Cañadas, una institución en este mundo, y una de las mujeres más famosas y seguidas del panorama rosa durante mucho tiempo. Su vida sentimental interesaba y mucho: estuvo casada dos veces, con el modelo Mark Vanderloo (duraron un año casados, de 1999 a 2000) y con el motorista Sete Gibernau (otro año, de 2007 a 2008). De repente, sin embargo, su estrella y su presencia disminuyeron, coincidiendo con un problema grave de salud, la vasculinitis. Un problema en el sistema inmunitario que la hizo ganar mucho peso y por el que decidió finalizar del circuito de los desfiles. Afortunadamente superó este trance y ha vuelto a sonreír y a trabajar en aquello que domina como nadie.
Esther tiene 45 años y una hija de 7, Galia. Nunca se ha sabido el nombre del padre, su secreto mejor guardado. Se trasladó a México durante una época para mantener su intimidad fuera del foco público. La discreción es una de sus máximas. Saber con quién estaba o no era misión casi imposible, incluso cuando en julio de 2021 los paparazzis la pillaron en las aguas turquesas de Ibiza con la niña y un chico muy musculoso y atractivo, su novio. ¿Su identidad? Ni idea. Además, nadie ha vuelto a saber nada de este hombre, porque jamás ha compartido imagen alguna en sus redes sociales. Es este.
Ha pasado prácticamente un año de eso y hemos vuelto a la misma casilla: Cañadas ha estrenado verano y bikini en las Pitiusas, acompañada por Galia. Las fotos son maravillosas, forman un gran equipo. Además vemos a la modelo radiante, espectacular, podría volver a desfilar en cualquier momento. Tiene la planta, la maña y todo lo que hace falta. Ahora bien, de su romance de 2021, ni rastro. No hay un tercero en sus vacaciones, o cuando menos, no comparten plan de playa. Parece que Esther no encuentra su mitad, o no la quiere ni siquiera buscar. Si sale, de acuerdo, pero sin prisas. De momento se lo está pasando muy bien en un barco, en la arena, en el agua. Da igual.
Actualmente la modelo vive en los EE.UU., pero la escapada a las Islas Baleares es una tradición intocable. No son las únicas visitas que hace al Estado, porque antes decíamos que Esther podría desfilar perfectamente, y de hecho es lo que ha hecho este mismo año en la Barcelona Bridal Week, el salón de novias. Volvió en casa para participar en la puesta en escena de las propuestas de la firma catalana Pronovias, la misma que pagó la famosa aparición de Victoria Federica y Jorge Bárcenas. Se habían separado, todo el mundo lo sabía, pero ellos hacían el papelón. Cañadas lucía así aquella noche tan particular. Al natural y en la playa, mucho mejor, la verdad.
Esther nos hace dentetes desde la costa ibicenca. ¿Cuánto queda para las vacaciones? No luciremos tan bien como ella sin embargo, escuche, también nos lo hemos ganado.