La Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha cancelado el festival Eurovisión 2020 por el coronavirus. Es la primera vez en 64 años que el festival, nacido en plena posguerra como una oportunidad para desarrollar una identidad europea en una Europa en reconstrucción, no se celebrará. La edición de este año tenía que tener lugar el próximo 12, 14 y 16 de mayo en Róterdam. Desgraciadamente, y como otras competiciones, sus responsables se han visto forzados a suspenderla.
La alternativa que se está discutiendo en Ginebra garantizaría a Países Bajos el título de anfitrión para el 2021 y los representantes seleccionados por este año serían invitados automáticamente a participar el próximo año, aunque con otra canción. El nuevo rumbo del festival, sin embargo, no ha convencido a los aficionados, que se esperaban una fecha alternativa a la oficial o un Eurovisión telemático, dónde cada televisión, desde su país en un plató propio, emitiera en directo la actuación de su artista.
Aunque hace unos días la UER aseguraba que los preparativos continuaban con normalidad, las medidas de confinamiento en Holanda para el control del COVID-19 hasta el próximo 6 de abril han obligado a los organizadores a sentarse de urgencia para tomar una decisión sobre el programa. Finalmente, la constante y cambiando evolución de esta catástrofe sanitaria que ya afecta además de 150 Estados de todo el mundo, siendo el Viejo Continente el actual epicentro de la epidemia, ha hecho añicos el certamen.
La alarma saltó al principio de marzo, cuando la UER confirmaba un caso de SARS-CoV-2 en su sede. Unos días después, a la reunión de de los jefes de delegación, se ausentaron Grecia, Israel y Suecia por prevención. Por otra parte, el rodaje de las postales, la carta de presentación de los cantantes, se ha paralizado por la negativa de algunos intérpretes, confinados en casa. Incluido, se han suspendido las prepartías de Amsterdam, Londres, Madrid y Tel Aviv, los conciertos previos al concurso.
La gala de Eurovisión no se había visto tan amenazada desde 1977, cuando una huelga de operadores y técnicos de la BBC que reclamaban un plus para sus desplazamientos provocó el aplazamiento del formato casi un mes. Europa también vio peligrar la celebración de 2017, cuando Ucrania vetó la participación de Rusia a raíz de la guerra de Crimea. Entonces, los responsables del espectáculo amenazaron en Kiev (sin suerte) con llevarse la superproducción a Berlín.
Por su parte, Radiotelevisión Española ha confirmado que Blas Cantó continuará siendo su representante. El murciano ha aceptado la invitación de la cadena estatal: "Trabajaré por mi candidatura de Eurovisión 2021". El solista ha asegurado que hay tiempo y trabajo para preparar una buena actuación y ha concluido con un mensaje de tranquilidad a los eurofans: "Un certamen sin público habría sido una locura porque el festival sois vosotros”.