Sesenta y siete. Esta es la cifra exacta de días que hace que Daniel Sancho ingresó en la prisión de Koh Samui, en Tailandia, después de que confesara haber asesinado y descuartizado el cuerpo del cirujano colombiano Edwin Arrieta. Más de dos meses han pasado desde que el caso se hiciera público y se convirtiera en una de las cuestiones más comentadas del momento. No solo por la gravedad del asunto, sino porque este chef madrileño de 29 años es hijo del célebre actor Rodolfo Sancho. Desde entonces, los medios de comunicación no han perdido detalle de la investigación del caso, así como de las visitas de los familiares.
Los únicos que hasta el día de hoy habían podido ver en persona al acusado, aparte de los funcionarios del penal y su defensa, han sido sus progenitores. Silvia Bronchalo, su madre, se instaló rápidamente en la isla para poder visitarlo. Su famoso padre también pasó unos días allí a principios del mes de septiembre para reencontrarse y empezar a trabajar en el caso. Sin duda, su imagen dentro de la prisión ha sido una de las más buscadas de los últimos tiempos. Mientras que hace algunas semanas se hacía pública a la instantánea hecha al 'youtuber' culinaria al llegar al centro, su apariencia actual era un misterio. Si bien, gracias a la Inteligencia Artificial, nos podíamos hacer una idea, Telecinco acababa con la espera el pasado 11 de octubre.
Una grabación de Daniel Sancho dentro de la prisión en el transcurso de una videollamada que ha dejado a todo el mundo atónito. Y es que el duro régimen penitenciario del país asiático ha sido una de las cuestiones que más interés y morbosidad ha suscitado desde el minuto uno, ya que las condiciones a una prisión de Tailandia tienen poco que ver con las que aquí conocemos. Celdas sobrepobladas sin camas, comida limitada y salubridad cuestionable, entre otros detallitos que, evidentemente, pasan factura en el cuerpo humano. Así lo refleja el vídeo que el espacio de Ana Rosa Quintana ponía a disposición de la audiencia.
Como se aprecia en la secuencia, en Sancho se lo ve un pelo enfadado todavía y llevar mascarilla. Sin embargo, eso no es lo más impactante de todo. Uñas mordidas y ojeras de agotamiento. Uniforme naranja y granate. Su cabeza, completamente rapada y sin la larga y rubia cabellera que lo caracterizaba. Sobre este aspecto, que habría afectado mucho al recluso, el director de la prisión ya explicó en el pasado que no se quejó. Le ofrecieron llevar "un estilo normal, masculino como una persona civilizada. Al uno y no al cero, pero él no lo quiso (...). Quería ser uno más". En contraposición, y aunque su condición física ya no es la que era, sí que se le ve en forma. Tiene sentido, ya que en más de una ocasión se ha referido a que, desde que traspasó el umbral del lugar, se ha refugiado en el deporte.
DANIEL SANCHO ANTES
DANIEL SANCHO AHORA
Quintana decía que "no lo hubiera reconocido nunca". En cualquier caso, tendrá que acostumbrarse a lucir así, ya que permanecerá en el penal a la espera de que el juicio se celebre. La Fiscalía lo acusará de asesinato premeditado y lo más probable es que se solicite para él la pena de muerte.