La alfombra roja del festival de Cannes es una de las más esperadas. El certamen reúne a las estrellas más internacionales durante muchos días, lo que nos permite ver a las famosas luciendo muchos y muchos vestidos diferentes. Dior, Chanel, Dolce&Gabbana, Versace, Ralph Lauren... Las marcas más prestigiosas hacen lo imposible para que las escojan a ellas, teniendo en las actrices sus mejores modelos.
Los conjuntos de Penélope Cruz, por eso, no han gustado nada y han criticado mucho los siete diseños que ha llevado hasta ahora. Pero mientras tanto Irina Shayk se ha aprovechado de ello y se ha alzado con el premio a vestido más aclamado por la crítica.
La modelo rusa fue protagonista de la última edición de Cannes al reaparecer después del embarazo de su primera hija, dejando a todo el mundo boquiabierto porque realmente parecía que el cuerpo no le hubiera cambiado el más mínimo.
Pero de aquello ya hace un año. Cómo decíamos esta semana ha vuelto a sorprender gracias a un modelo de Versace que ha dejado a todo el mundo sin palabras. Shayk asistió a la gala del MET con su pareja, el actor Bradley Cooper. Pero en esta ocasión ha posado ante los fotógrafos sola: deslumbrando y brillando más que nunca.
El diseño que ha escogido ha provocado una reacción generalizada: un wow que ha resonado en muchos medios de comunicación. Irina ha hecho sombra al resto de invitadas con un extravagante y espectacular vestido rojo unido sólo por unas cadenas. La original idea dejaba al descubierto una buena parte de la anatomía de la modelo, siendo apto sólo para las más atrevidas. Las dos grandes aberturas laterales reforzaban esta idea, evidenciando que no llevaba ropa interior y presumiendo de largas piernas.
Las sandalias no han quitado protagonismo al estilo, decidiendo apostar por unas en plateado bien senzillas. Y tampoco ha querido lucir unas joyas muy exageradas, llevando sólo unos pendientes del mismo tono que la pieza y una pulsera de plata con un pequeño corazón también rojo. El impresionante anillo de compromiso que le regaló Cooper no falta nunca en su mano, aprovechando cada ocasión para presumir de esmeralda y diamantes. Con todo, este certamen parece haberse convertido en uno de los preferidos de Shayk.