La directora de cine Isabel Coixet está siendo muy protagonista las últimas horas no sólo por su actividad profesional, sino también por sus opiniones sobre el conflicto entre Cataluña y España. La cineasta ha rodado un filme sobre el primer matrimonio lésbico en España, Elisa y Marcela, pero la metáfora cinematográfica que ha utilizado para definir la situación en Catalunya no tiene nada que ver con amor y sí con terror.
Porque la directora de películas como La librería, La vida secreta de las palabras o Cosas que nunca te dije está diciendo cosas que nunca había dicho antes, empujada por lo que ella considera un "ambiente catalán irrespirable", tal y como dijo en un festival de literatura de Segovia. Allí, fue más lejos y aseguró sentirse invadida por los lazos amarillos, con un zasca hacia el presidente de la Generalitat: "a mí no me gusta ver todos los árboles de mi calle llenos de plásticos. Me siento asfixiada de tanto plástico. No entiendo cómo gente independentista que considero inteligente escucha un discurso de Torra y les parece siquiera humano". Ahora, Coixet ha seguido dando su punto de vista sobre lo que pasa en Catalunya. En la presentación en el Festival de San Sebastián de un avance de lo que será su nueva propuesta para la gran pantalla, la directora ha asegurado que se siente como en la película La niebla.
Basada en una historia de Stephen King, el filme explica cómo un grupo de personas se quedan cerradas en un hipermercado de un pueblo, aterrorizadas mientras unas criaturas mortales pasean por el exterior a través de una densa niebla. Una sinopsis que Coixet hace suya para explicar cómo se siente en Catalunya: "me siento como en 'La niebla', en un supermercado donde fuera hay mucha niebla y muchos zombies". La directora no especifica si los zombies que caminan entre la niebla son sólo indepes, unionistas o unos cuantos de cada bando. "En Cataluña todo continúa enrarecido y neblinoso", ha añadido. Quizás Coixet no recuerda que el filme en cuestión también aportaba otra lectura: dentro del supermercado, los humanos que había encerrados podían ser peores que las criaturas del exterior.
Eso sí, asegura que de todo se ha beneficiado, "me ha venido muy bien currar como nunca lo había hecho. En realidad es muy difícil saber lo que piensas de las cosas. Yo ahora estoy con 'Elisa y Marcela' e intento sobrevivir. Una de las maravillas de ser director de cine es que cuando ruedas una película, el mundo no existe". Coixet se muestra alérgica a las banderas, se supone que las de cualquier país y las que tienen que ver con reivindicaciones. Precisamente hablando de la historia que explica en Elisa y Marcela, dice que "De las banderas estamos todos hasta el mismísimo, no quiero banderas porque soy alérgica a ellas y la película tampoco lo es". Quizás es alérgica a las banderas, pero no a hacer declaraciones polémicas que no dejan indiferente a nadie.