Atresmedia e Isabel Pantoja han hecho su mejor negocio este lunes por la noche. Los primeros, porque han reventado la audiencia (23,8% de share) con la primera -y única- entrevista de la tonadillera en España tras salir de prisión. La segunda, porque la retribución económica que no ganó por su aparición en El Hormiguero -fue de gratis- se la llevó en forma de promoción de su nuevo disco... y de lavado de cara de su persona.
"Prisión", la palabra prohibida
Pantoja recibió un masaje por parte del presentador del programa, Pablo Motos, mientras oía al mismo tiempo el calor de un público entregado (sus fans poblaron el plató). Con este panorama, no hubo lugar para que apareciera en ningún momento la palabra "prisión".
"¿Cómo te encuentras después de estos años?", preguntó el conductor a la cantante. Pantoja entendió perfectamente a qué se refería Motos: "Han sido dos años dolorosos. Estoy tratando de salir psíquicamente a través de mi trabajo, y mis canciones, de gente como tú [Pablo Motos], de mis fans, de gente que me adora", contestó entre una gran ovación.
La sevillana no quiso aclarar nada sobre el caso Malaya, ni sobre su expareja y exalcalde de Marbella, Julián Muñoz. Prefirió callar, para insistir en cuanto de "dolorosa" ha sido la etapa en "aquel lugar de cuyo nombre me quiero recordar". De todo, no se marchó impune en las redes sociales.
Contra la prensa del corazón
La conversación en El Hormiguero dio para recordar momentos célebres de la artista a lo largo de los años. Entre estos, el día que recomendó a una reportera "comprarse una vida", para que dejara de preocuparse la suya. Pantoja afirma que dijo a la joven periodista: "Eres muy jovencita y dedicarte a esto tan joven... Le pregunté si tenía una profesión, aparte de tener un micrófono en las manos a horas intempestivas".
En este punto del programa, se ganó a las críticas de conocidos periodistas del corazón, como de las colaboradoras de Sálvame María Patiño o Gema López:
En el programa no faltó la llamada -en principio, inesperada- del hijo de Pantoja, Kiko Rivera, que acabó haciendo bailar a la tonadillera, en uno de los momentos más "divertidos" de la noche. Pantoja le repitió a su hijo que "te amo, vida mía". De hecho, no sólo a su hijo, también al resto de su familia y a todos sus fans, y durante todo el rato. No dijo "cárcel", pero derrochó amor a diestro y siniestro.