Si hay una persona en este país que se ha mojado más que el resto, con respecto a atizar a la monarquía, este es Jair Domínguez. El presentador catalán ya ha tenido en el pasado alguna experiencia en este sentido, pero ni las amenazas ni las querellas harán que se quede callado a la hora de peinar a los reyes, principalmente los de España. Pero no los únicos. Jair no comulga ni comulgará con la corona y con el hecho de que una serie de personas vivan a cuerpo de rey, y nunca mejor dicho, gracias al esfuerzo y el dinero de los otros. Y siempre que vea algún hecho miserable protagonizado por alguien de sangre azul allí estará él para poner en su sitio a los monarcas... Y a los que se indignan por lo que hacen los monarcas, como acaba de pasar. Pero vayamos por partes.

Esta imagen socarrona de él mismo vestido como Isabel II servía al mismo Jair Domínguez para ilustrar qué pensaba de la muerte de la reina inglesa la pasada semana. Isabel II fallecía a los 96 años y desde que traspasó, no hay día que no nos lleguen una avalancha de noticias, informaciones e imágenes desde Inglaterra. Y lo que queda, teniendo en cuenta que todavía queda una semana para los funerales. La turra será de traca. Este sábado, sólo 48 después de la muerte de su madre, tenía lugar un acto solemne de proclamación de Carlos III como nuevo rey de Inglaterra. Un acontecimiento al cual asistieron las más altas autoridades del Reino Unido, desde miembros de la Familia Real, como la reina consorte, Camilla, hasta su heredero, el príncipe de Gales, Guillermo.

carlos iii
Carlos III, Camilla Parker-Bowles y el príncipe Guillermo

En el acto, Carlos III tuvo que firmar un montón de papeles en el escritorio que le pusieron. Documentos y más documentos. Quizás estaba tan hasta el gorro que se indignó porque en la mesa había un tintero y un estuche que le molestaba. Pero no es excusa para hacer lo que hizo. Irado y con cara de histérico, el nuevo monarca inglés no hizo el mínimo intento de esconder su rabia porque el personal de servicio había osado dejar allí aquel tintero. Un error imperdonable, según Carlos, a juzgar por la cara, con los dientes que casi le salían de la boca y haciendo gestos explícitos con la mano que lo quitaran de allí. Imaginen si con cámaras le lamió un pie que lo vieran así de irritado, cómo debe estar en la intimidad cuando algún trabajador hace alguna pifia o no hace lo que toca (o lo que él cree que toca). Una imagen que se ha transformado en viral y que ya ha visto todo el planeta:

La red, escandalizada. ¡Qué maneras! ¡Qué falta de respeto! ¡Intolerable! ¡Qué imagen de la monarquía! Pero a a quien no le ha sorprendido nada es a Jair Domínguez. Todo lo contrario. Lo que lo ha sorprendido no ha sido la reacción del rey Carlos sino la de los que lo han visto y se han puesto las manos a la cabeza. "OH NO, EL REY DE INGLATERRA ES UN HURAÑO I HACE IR DE CABEZA A SUS SIRVIENTES! Pero qué cojones os habéis pensado que es un rey, putos subnormales":

El sopapo se ha oído desde Buckingham hasta la Zarzuela.