Javier Ambrossi y Javier Calvo. Conocidos popularmente como los Javis. Dos actores, directores y guionistas españoles que con su enorme talento han conseguido crear algunas de las propuestas audiovisuales más personales, originales y maravillosas de los últimos tiempos: La llamada, Paquita Salas, Veneno y un largo etcétera. Eso, detrás de cámaras. Porque delante, su currículum incluye participaciones en algunas de las series y programas más recordados desde hace años: Física o Química, Operación Triunfo, Amar en tiempos revueltos, Sin tetas no hay paraíso, Mask Singer...
Los Javis tienen la inmensa virtud, además, de no sólo ser unos profesionales respetados y admirados por su tarea, sino que todos aquellos que los conocen dicen de ellos que son dos personas excepcionales, amables, generosas, divertidas y hospitalarias, siempre dispuestos a recibir a todo el mundo en su piso de Madrid.
Fernando Sánchez Dragó es escritor y ha sido presentador de programas con tufo de rancio. Pero además, más allá de su vertiente profesional, destaca por haber perpetrado algunas de las frases y situaciones más asquerosas de los últimos tiempos, asegurando con orgullo haber tenido sexo con menores de edad, hablando de los orgasmos (18 o 20) que tiene su pareja "en una sesión de sexo" o diciendo frases como "las mujeres de derechas follan mejor" o "Una mujer bien follada no desfallece nunca: el otro día le di a una 15 orgasmos en 5 horas". Chim pum.
Entre todas las características de Sánchez Dragó, hay otra que a menudo saca a pasear: la soberbia y el menosprecio a quien cree por debajo suyo, cosa que pasa a menudo, pensando que es una especie de Dios del amor y la literatura. Pero por una vez, se ha encontrado quien le ha puesto en su sitio.
Ha sido Javier Calvo quien le ha respondido de manera brillantemente demoledora cuando ha utilizado estos términos despectivos hablando precisamente de los Javis. Sólo le han hecho falta 5 palabras:
Muchos colegas como Roberto Leal o Boris Izaguirre se han añadido:
Dice Dragó que se conoce que vivo en la Luna... Por nosotros, podría irse todavía más lejos que nadie le echaría de menos.