A principios de los años 90, no había adolescente en la escuela que no jugara a simular ser un luchador de pressing catch, la lucha libre norteamericana y pasada por el tamiz del espectáculo y el teatro. El reparto de papeles incluía a El enterrador, El último guerrero, Hulk Hogan, Jimmy 'estaca' Dugan, Tito Santana, El hombre del millón de dólares, Los Sacamantecas o la Hart Foundation. Estos últimos eran un par de forzudos que hacían las delicias de sus fans luciendo unas mallas rosa fucsia, un maillot negro, y unas gafas oscuras de chulopiscinas. El más melenudo era Bret Hart. Y el pelirrojo con barba de hipster era su cuñado, Jim Neidhart. De ahí el nombre de los angelitos.
Ahora, aquel mundo de cuentas atrás encima de la lona del cuadrilátero, de sillas volando, de espectadores con dedos índice gigantes, ha quedado huérfano. Porque Neidhart ha muerto después de sufrir un accidente doméstico. El luchador, de 63 años, y conocido como The anvil (el yunque), sufría alzhéimer, y fruto de esta enfermedad ha tenido un accidente que le ha provocado un fuerte golpe en la cabeza del que no se ha podido recuperar. La otra mitad de la Hart Foundation, conocido como The Hitman (el asesino a sueldo), se mostraba desolado:
Stunned and saddened. I just don't have the words right now. pic.twitter.com/fcO8Skuuhz
— Bret Hart (@BretHart) 13 de agosto de 2018
Neidhart formó parte de una zaga de luchadores de pressing catch, y no es el único que ha muerto prematuramente. Su otro cuñado Owen Hart, con quien también compitió, también murió trágicamente el año 99, cuando falló el sistema que le tenía que llevar volando hacia el cuadrilátero. Y su hija, Natalya, también se dedica al mundo del wrestling, ya que es excampeona femenina. Ella también ha querido rendir un homenaje a su padre:
El showbusiness pierde, pues, a uno de sus exponentes más emblemáticos de la década de los 90.