Hace casi dos años de la retirada de los escenarios de Joan Manuel Serrat. Y hace unos diez que no concedía una entrevista como la que ha hecho para el Col·lapse de Ricard Ustrell en TV3. El noi del Poble-sec ha hecho balance de cómo se encuentra actualmente después de aquella decisión después de tantos años y ha mirado atrás. Nostalgia recordando a los padres y hablando de los hijos. El Serrat más íntimo se ha abierto de par en par y ha hablado con emoción de los que quiere y ha querido, los que todavía están y los que no. En este sentido, recuerda cómo de difícil le ha sido decir el adiós definitivo a gente especial para él que ya no está entre nosotros:

Serrat también ha abordado, evidentemente la cuestión de identidad, de pertenencia, de lengua o de país. Ha hablado del franquismo y de la decisión de no cantar en Eurovisión el La, la, la que después haría triunfar a Massiel porque no le dejaban hacerlo en catalán: "En cada actuación que hacíamos durante el franquismo había un censor que decidía si podíamos cantar o no. El franquismo era algo más terrorífico en cuanto a vigilancia del pensamiento humano".

Ustrell le plantea que "Serrat no se entiende sin Catalunya ni América Latina". Y él tiene claro que "sin Catalunya, sin duda... Soy catalán. Me siento profundamente catalán", asegura. Un sentimiento que según dice, "nunca mi pensamiento, ni personal, ni social, ni político ha sido apartado del concepto de Catalunya". Serrat tiene claro que "se me ha criticado por cantar en castellano desde Catalunya y se me criticaba desde Castilla por cantar en catalán, he recibido por los dos lados, pero el problema lo tienen los intolerantes, no lo tengo yo". El cantautor ha hablado de país, del suyo... "también es donde sale gente que quiere colgar a los moros, ¿eh? Es tu país, también. Mi país es muy complejo, no es unitario con el pensamiento ni es único con sus sueños, ni siquiera, con su lectura de la historia. Mi país es complicado también".