"Me tocaron los pechos, todo el cuerpo... Un guardia civil presionó sus genitales contra mi parte trasera... Se estuvieron todo el tiempo haciendo comentarios de índole sexual, humillándome, insultándome... me empezaron a lanzar agua fría en la cabeza, me pusieron bolsas de plástico que me tapaban totalmente y no podía respirar... Yo intentaba morder el plástico para respirar"...
Es parte del escalofriante relato que ha dado la abogada Naia Zuriarrain acusando a la Guardia Civil española de torturas y abusos después de ser detenida en abril del 2010, bajo la orden de Fernando Grande-Marlaska, entonces, juez, que acusaba a los abogados de los presos de ETA de formar parte de la organización. Torturas en periodo de incomunicación del procesamiento del sumario 13/13, situación bajo la cual hicieron declaración policial.
🔴 Naia Zuriarrain ha relatado ante la Audiencia Nacional las torturas sufridas a manos de la Guardia Civil, que son la base de la acusación.
— Malcolm iXa ����️ (@ideiazabaldub) July 13, 2021
Según ha relatado, le desnudaron, le colocaron gomaespuma, le echaron agua fría por la cabeza y le hicieron la bolsa para ahogarle. pic.twitter.com/S0BClEvIqW
Tanto Zuriarrain como el resto de acusados han criticado que las declaraciones hechas después de las torturas de la Guardia Civil son la prueba en la cual se basa el juicio que se hace contra ellos por supuesta pertenencia a la banda armada. La segunda sesión en la Audiencia Nacional española ha venido marcada por el testimonio aterrador, entre sollozos, tanto de ella como de Saioa Agirre.
"Yo sentía que me moría, que me ahogaba. Estaba rota, dolorida y humillada, solo quería desmayarme. Intentaba escaparme, pero no podía, estaba totalmente sujetada y con la bolsa. Y todo el tiempo me decían: '¿Hablarás? ¿Hablarás? ¿Hablarás?'... Y en un momento que estaba en el suelo les dije que sí, que hablaría”.
13 de julio del 2021. Esto se ha oído en la Audiencia Nacional. Un testimonio que pone la carne de gallina. Torturas, incomunicación, trato vejatorio y humillante y abusos abyectos en pleno siglo XXI en las dependencias de la benemérita española. Incredulidad por parte de las acusadas, impotencia y rabia y un sentimiento compartido por buena parte de la red cuando ha visto y ha oído las palabras de Zuriarrain.
Como por ejemplo, Bea Talegón, que opina que "En un país serio estaría esto en los telediarios. Los políticos exigirían investigar a fondo y depurar responsabilidades y la sociedad, toda, saldría a la calle a exigir justicia. Cuando digo toda: es toda". Joel Joan ha ido más allá.
El actor y director teatral ha retuiteado el comentario de Talegón y le ha negado la mayor sobre el punto donde la periodista tilda a España de "país", en este caso, poco serio, por no decir una palabra más gruesa. Joan, sin embargo, no se ha mordido la lengua y ha redondeado la denuncia pública con una de las definiciones más demoledoras que se le recuerdan sobre esta España a quien algunos consideran un país. El intérprete niega que sea ningún país. ¿Qué es, entonces, para él?: "Un ex-imperio en caída libre contra las naciones que tiene colonizadas, ocupadas y oprimidas". Más claro, el agua.
La Fiscalía pide penas de entre siete y diecinueve años para cada uno de los encausados. Y muchos otros piden responsabilidades a unos cuerpos del estado que ya no sabemos como definir después de lo que se ha dicho de ellos. El president Carles Puigdemont ha estallado contra las torturas policiales y el régimen del 78 y lo ha definido así: "El problema es que ni el gobierno de entonces ni el de ahora han hecho nada para perseguir a los criminales torturadores. El régimen del 78 tiene muchas caras, y sigue gobernando".