Si hiciera como Prince, podríamos decir de él que el artista anteriormente conocido como Miguel Bosé ahora es una versión, no ya Hacendado de él mismo, sino directamente sórdida.
Hace tiempo que el cantante ya no canta. A duras penas se le entiende cuando habla, y cuando lo hace, dice barbaridades sobre el coronavirus, pestes sobre su ex Nacho Palau o perpetra vídeos creepy inclasificables, como uno donde quería menospreciar a Michelle Bachelet, expresidenta de Chile y Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los DDHH. Si todavía no lo han visto, no se lo pierdan: Bosé con un mechero de cocina y chillando "Micheeeelle":
Después de eso, es irrecuperable. Ahora, Jorge Javier Vázquez ha aportado otro dato sobre Bosé que nos ha hecho estallar el cerebro. El presentador de Sálvame visitó la casa del Bandido en Somosaguas, porque el cantante la quiere alquilar. Un casoplón de 10.000 euros al mes, mucho espacio, pero pocas habitaciones, de hecho, los 4 niños compartían una misma estancia. En la planta superior el dormitorio del cantante. Y en la inferior una enorme sala de 500 metros cuadrados, una cocina con paredes de cristal y una piscina interior.
Pero lo que sorprendió más al presentador fue otro detalle: "En las escaleras hay dos o tres pedazos de tortugas ninja.... Son muchísimo más altas que yo, impresionantes. Entras en el salón y ves esas pedazo de tortugas y dices: '¿Esto qué hace aquí'?".
JJ alucina... Lo más curioso es que las excentricidades de Bosé cada vez más dejan de sorprender. Donatello, Leonardo, Michelangelo y Raphael... Quizás son las estatuas las que le susurran a la oreja las sandeces que después va soltando Bosé.