Los raíces de una danza como la sardana nos remontan, según los entendidos, a épocas ancestrales. Hay quien la sitúa en época prerromana, otros en la época de los griegos. Sea como sea, este baile, acompañado de esta música, con plena hermandad, todos cogiéndose las manos formando un corro mientras van dando pasos, es uno de los emblemas de la cultura catalana desde hace siglos.
(ACN)
Evidentemente, cualquiera puede encontrar conmovedora o sobrecogedora esta manifestación cultural, pero también, como todo en la vida, habrá quien cuando ve u oye una sardana, no corre por su interior ningún sentimiento de emoción y se queden fríos. Pero de ahí a verbalizar públicamente lamentables ataques cargados de bilis, hay un trecho. Y los que esta vez no se han quedado callados han sido el actor Josep Julien y la periodista y escritora Pilar Eyre.
Josep Julien
Pilar Eyre (Telecinco)
Los dos han respondido de manera sencillamente genial a unas críticas abyectas que han visto en la red. Todo ha empezado por este comentario definiendo la sardana como algo siniestro, sensación que la usuaria no ha tenido con otras muestras de folclore:
Con comentarios como este, la mejor receta posible siempre es la misma: la ironía. Y de eso, Julien y Eyre van sobrados:
No hay que añadir nada más. Si de caso, avisar a aquella usuaria que los catalanes, cuando comemos crema catalana, la cabeza empieza a darnos vueltas como la niña de El exorcista, y cuando vamos a una jornada castellera, después de cargar un castell, entonamos cánticos satánicos venerando a Belcebú.