Judit Martín es un genio. Una crack sin discusión. Servidor la vio por primera vez, hace siglos, en un espectáculo en el Teatreneu del barrio de Gràcia, en Barcelona, en un Impro-Show: todo el público escribía diferentes palabras en unos papelitos en la entrada y después, los actores, con ella en el elenco, hacían diferentes situaciones hilarantes encima del escenario con los papelitos escogidos al azar. Después de aquello, el gran público, muchos espectadores, y también, muchos oyentes de radio, pueden disfrutar de su humor, su talento y su rapidez mental en diferentes espacios en los medios catalanes, los más celebrados, el Polònia o el Està passant de TV3, la obra Not talent o el Versió RAC1. Toni Clapés, su jefe en el programa de RAC1, resumió a la perfección qué es Judit, cuando le otorgaron a esta un premio DRAC: "Xavier Sardà me dijo que lo más importante es el talento. Que todo lo que se puede estudiar no tiene mérito, lo que tiene mérito es quien hace las cosas únicas, exclusivas, como ella. También ella ha dicho que, cito textualmente, 'no le interesa el humor que juega con la provocación'. Estamos viviendo unos momentos que parece que el humor catalán tiene que ser corrosivo, transgresor, permanentemente irreverente... y ella no se mueve en esta tesitura".
Y tiene toda la razón. A Judit no le hace falta un humor agresivo para provocar cada tarde una carcajada en el oyente o cada vez que la hemos visto en TV3 en la piel de Alaska, Carmen Cabezas, Ester Capella, Maria Isabel Celaá, Cristina Cifuentes, la infanta Elena, Marta Pascal, Eulàlia Reguant, o incluso, el jugador del Barça Pedri, un momento surrealista hilarante que hizo que Toni Soler se partiera de la risa.
Por no hablar de las imitaciones que hace en la radio. Imitaciones para parar un tren. Y en un tren precisamente es donde Judit ha vuelto a provocar una carcajada máxima, esta vez a sus seguidores de las redes sociales. Ella, por deformación profesional, aguza bien el oído siempre que escucha diferentes voces. Cuando oye alguna cosa u oye a alguien hablar de una manera determinada, le llama mucho la atención, ya que ella trabaja buena parte de su tiempo haciendo voces e imitaciones. Por eso no daba crédito a lo que ha oído cuando ha cogido un tren y ha subido a un vagón. Concretamente, cuando ha ido al lavabo. Una vez allí, ha escuchado la voz de un hombre que tan buen punto podría ser que estuviera afónico, que se acabara de levantar, que tuviera un mal día o todo a la vez. Una voz que Judit no daba crédito, y que al oírla, ha pedido la ayuda de otros usuarios: "NECESITO CONOCER AL SEÑOR QUE HA PUESTO LA VOZ EN LOS LAVABOS DE CARCANÍAS. CUALQUIER INFORMACIÓN SERÁ BIENVENIDA. GRACIAS". ¿Por qué? Escuchen ustedes mismos:
Da penita y todo. La voz del hombre es como si para él fuera un drama que las puertas se cierren. Enseguida, numerosas reacciones en redes, por ejemplo, de su compañera de emisora durante muchos años, Natza Farré, que apuntaba la afonía como posible respuesta. Judit, sin embargo, tiene más razón que un santo cuando responde una cosa de sentido común: "Hubo una propuesta, un casting, una grabación en estudio profesional, una inauguración con la cúpula de Cercanías y a todo el mundo le pareció NORMAL". Otros colegas de Judit también se han abonado a decir la suya:
Nos lo pondríamos en bucle. Y desde nuestra humilde posición le rogamos al hombre de 'Tancant portes. Cerrando puertas' que abra la puerta a conocer a Judit. Si finalmente pasa, la hará la mujer más feliz del mundo.