Julio Iglesias es el personaje del día de Sant José, el día del padre. Desde primera hora la red se ha ido llenando de comentarios, memes y fotomontajes que aluden a la prolífica experiencia en la paternidad del cantante de Soy un truhán, soy un señor.
Al menos en cuanto a la cantidad de hijos e hijas que se atribuyen al ex futbolista: Ocho naturales y uno más, Javier Santos, que pelea (y parece que muy acertadamente) en los tribunales para demostrar que es el fruto de la relación de Julio Iglesias con su madre, María Edite Santos Raposo, una bailarina que en aquellos momentos tenía 20 años. Julio, casado con Isabel Preysler, nunca ha aceptado la paternidad de Javier, de 40 años, quien está ganando la guerra judicial.
No parece que sea el currículum ideal del rey del día del padre. El fabuloso libro de familia lo completan Chabeli, Julio José y Enrique, todos Preysler, y Miguel Alejandro, Rodrigo, Victoria, Cristina (gemelas) y Guillermo, nacidos de la relación con Miranda Rijnsburger. De todos ellos, Enrique Iglesias es la súper estrella que puede hacer sombra el éxito del padre, y con quién mantiene la peor relación.
En un reportaje de Icon, se revelan detalles de su tensa relación: Julio nunca aprobó la entrada de su hijo en el mercado musical (lo quería introducir él mismo), no le dejó dinero para su primer disco (Enrique Iglesias, un súper ventas que incluía Experiencia religiosa), y al enterarse de todo (y comprobar que había vendido 1 millón de copias en 3 meses) le espetó: "¡esto es un desastre, no me gusta nada, has vendido un millón porque eres mí hijo!" ¡Amor filial en estado puro!
Por su parte, Enrique también sabe dónde hurgar: "Desde fuera podría imaginarse que no nos llevamos bien porque nunca nos ha visto juntos y porque nunca ha venido a un concierto mío, porque me marché de casa muy joven y nunca regresé". De hecho, Julio ha visto a sus nietos una vez en su vida (de la relación de Enrique con Anna Kounikova). Quizás es por qué, según Iglesias Sr., "es un chaval que no admite sugerencias de nada. Siempre que hablamos me habla de otra cosa. Que se ha comprado un avión nuevo, cosas superficiales que no valen para nata". Muy clarificador. ¡Feliz día del padre, Julio!