Julio Iglesias, contra las cuerdas. El cantante se prepara de cara a un juicio que puede acabar muy mal para él, ya que podría probarse que Javier Sánchez es hijo ilegítimo suyo. El valenciano de 40 años presentó una demanda de paternidad al asegurar que tenía una prueba que demostraba que era hijo del cantante. Su madre, una bailarina, se paseó por los platós durante la época de los 90 enseñando que el hijo se parecía mucho a Iglesias.

La demanda no prosperó, pero la nueva que han presentado parece que tiene mejor pinta. De hecho, el juzgado ha admitido a trámite la demanda al recibir un análisis de ADN que determina que hay un 99,9% de parentesco entre ambos. Eso probaría, pues, que la estrella dejó embarazada a la mujer mientras estaba casado con Isabel Preysler.

EFE

La expectación es máxima, ¿como fallará la justicia? Mientras tanto, sin embargo, los medios aprovechan para interrogar al joven y saber más cosas de él. ¿Cómo ha sido su vida hasta ahora? Pues parece que muy dura...

Así lo ha explicado a El País, en una entrevista bien sincera en la que se ha mostrado muy transparente. De haber sido reconocido como hijo, su infancia hubiera estado completamente diferente, pero parece que no quiere ni pensar en ello... La verdad es que no lo tuvo fácil, ya que vivía en un conflictivo barrio de Valencia en el que lo atracaron "muchas veces".

Que la madre apareciera en televisión empeoró la imagen del niño, que sufrió acoso: "Los acosadores acostumbran a ir en contra de aquellos que son diferentes. Y yo lo era porque mi careto salía en televisión. Fue una época dura. No es bonito ser famoso y pobre. La mía era una fama incómoda".

Decidió irse a vivir en los Estados Unidos para huir de esta situación. Y allí inició una carrera como a cantante que puso fin por culpa de la quiebra de la discográfica con la que trabajaba. Desesperado, incluso se planteó que hubiera intervenido una mano negra: "Me desanimé. Y pensé que quizás no era para mí, que tenía que luchar contra olas demasiado grandes". A partir de entonces empezó a trabajar de cosas bien diferentes: "Limpiaba coches, montaba toldos, trabajaba en telemarketing, como coctelero, transportando medicamentos...".

Hubo un momento en el que llegó a sufrir por su vida, durante un día en el que iba en una lancha que se quedó sin gasolina en medio del mar. En 2010 volvió a Valencia y trabajó en una tienda de nutrición para deportistas, así que parece que sigue adaptándose a la situación.

No ha tenido una vida fácil, pero su suerte podría cambiar radicalmente si el juez dictamina que, efectivamente, es hijo de Julio Iglesias. ¿Qué pasará finalmente?