Julio José Iglesias Preysler (48 años) es el segundo hijo del cantante Julio Iglesias y la socialité Isabel Preysler. Es el mediano de la casa, entre Chábeli y el cantante Enrique. Julio José también se dedica a la canción, a pesar de que con menos suerte. Mucha menos, de hecho. Eso sí, también ha hecho de modelo, de presentador, actor... y sobre todo, de personaje televisivo. Bueno, de hecho es un personaje. Siempre con una sonrisa despampanante en la cara, siempre despreocupado, muy bronceado, feliz como unas castañuelas, y por qué no decirlo: siempre se le ve muy descansado. Pero mucho. Vive una vida muy cómoda y despreocupada, gracias a las ayudas del papá multimillonario Julio Iglesias, el que más talento ha tenido en la familia. Pero esta felicidad se ha torcido un poco por su vida sentimental.
Julio Jr. llevaba 18 años emparejado con una modelo belga, Charisse Verhaert. En 2012 se casaron y todo parecía ir a las mil maravillas en su casa de un millón de dólares en Miami. Pero en 2019 empezaron el problemas en el paraíso, y hace un tiempo decidieron separarse. No ha sido hasta esta semana que están oficialmente divorciados. Ahora queda por resolver el siempre espinoso tema económico, más todavía con las leyes americanas en la mano. Hay demanda y contrademanda. Habrá culebrón.
Ella reclama la casa como compensación por haber dejado de lado su carrera como modelo; él responde que no ha sido así, ya que ha protagonizado unas cuantas campañas publicitarias bien remuneradas. Este es el litigio entre ambos, y lo que tendrá que resolver un tribunal de Florida. La jueza que lleva su caso ya los ha conocido. Ella y medio mundo que ha visto el vídeo de la vista en la que se ha formalizado el divorcio, y que ha difundido el canal Telemundo de México. Un juicio por videoconferencia bastante curioso: él atiende a la Justicia con una camiseta de estar por casa, cara de haberse levantado hace tres minutos y un moño por aguantar su cabellera. Ella se ha arreglado un poco más para atender la cita, aunque la estampa es peculiar. Y la intervención de Charisse, todavía más.
El detalle alucinante del juicio tuvo lugar con una pregunta muy directa, sencilla y fácil de responder para cualquier pareja normal: "¿Cuándo se casaron?". La belga, sencillamente, no lo sabía. Después de hacer un esfuerzo mental, dicen en la crónica, acertó dos de tres datos fundamentales: el día y el mes. Falló, sin embargo, en el año. Cosas que pasan. Por el otro lado, Julio José o tenía preparada la 'chuleta', o se lo había estudiado mejor, o quizás sí recordaba uno de los días más importantes de la vida de un matrimonio. A la primera, tú. Son un caso.
Parece que este divorcio traerá horas de entretenimiento en el futuro. No por conflictos descarnados, pero sí por cierto aroma a comedia.