Lluís Marco es uno de los actores más MAYÚSCULOS que tenemos en nuestra casa. Intérprete inmenso, doblador excelso, ha abordado infinidad de papeles encima de los escenarios y ante cámaras desde bien joven, y ha regalado a los espectadores interpretaciones memorables. El público le quiere y se ha ganado a pulso todo lo que ha conseguido en su carrera profesional. Papeles inolvidables como los de Ventdelplà, Hospital central, Hispania la leyenda, 13 anys i un dia, Poble Nou, Romeu i Julieta, Soldats de Salamina, Rock'n'roll, Nixon-Frost, Copenhague, El sopar dels idiotes, L'oncle Vània, La voz dormida, La vida empieza hoy, Petit indi y tantas y tantos otros.
Aparte de su inacabable talento como actor, Marco se ha caracterizado por decir y hacer siempre lo que le ha salido del moño. No se casa con nadie, alza la voz cuando toca y llama a las cosas por su nombre. Y a quién no le guste, dos piedras. Evidentemente, solo faltaría, también se ha mojado sobre Catalunya, sobre el procés, sobre la independencia y sobre la lengua. El último comentario que ha hecho, brillante, sobre la polémica con el cardenal Joan Josep Omella y el papa Francisco, que recientemente se sorprendió por bendecir la Moreneta de Girona en castellano, cuando el pontífice preguntó al cardenal por la lengua en qué estaba escrito un texto que tenía que leer a la hora de bendecir la imagen de la Moreneta durante la audiencia a los participantes en el peregrinaje a Roma de la cofradía de la Virgen de Montserrat, con motivo de los 800 años de su fundación. Y es que vio que el texto estaba en castellano y preguntó: "¿No tiene que ser en catalán"?. La respuesta del cardenal fue un claro "no" y el Papa procedió a la lectura de Dios de la ternura en castellano. Y Lluís Marco, demoledor: "El Sr. Omella hace méritos para participar de la mesa de CLARIDAD".
En una entrevista imprescindible para el programa Únics de TVE, Marco ha vuelto a demostrar por qué él sí que es único, o si no único, de los pocos que le lame un pie lo que digan de él acerca de sus ideas de país. El actor ha dicho claramente por qué no quiere pertenecer al Estado español. Cinco razones como cinco puños: "yo no quiero pertenecer a este Estado, un Estado que me engaña jurídicamente, un Estado que me engaña legislando, un Estado inamovible en cuanto a Constitución, un Estado que se llama aconfesional y es mentira, un Estado que sigue gastando más en armamento que en cultura". Marco tiene claro que "a los 40, 50 años, políticamente, no puedes luchar, primero, porque te estás jugando el lugar de trabajo. Si hablas como yo estoy hablando ahora, 'a este no lo contratéis, que es incómodo', y te meten la etiqueta. Yo estoy jubilado y estoy bien porque el Estado me está devolviendo lo que yo me he ganado a pulso, cuarentaypico años trabajando. Pero desde que me declaré independiente, a favor de Catalunya, voy muy poco a Madrid. Yo tenía un mercado y era un actor querido, sin embargo... les cuesta, porque claro está... No quiero creer que es por eso, pero todo ayuda". Puedes ver toda la espléndida entrevista clicando aquí.
Ellos se lo pierden. No contar en Madrid con un actor supremo como él por el hecho de defender Catalunya es, de una parte, de imbéciles, y de la otra, de miserables. No habrá, sin embargo, ningún trabajo que haga que Lluís Marco deje de ser como es y deje de pensar aquello en lo que cree y quiere. Lluís Marco, maravilloso.