La gala de los Goya 2019 se ha celebrado este sábado. No hubo, como era de esperar, ninguna mención a los presos políticos. Las reivindicaciones del mundo del cine lo son para según qué. Muchos focos, muchos agradecimientos a la familia y mucha frivolidad, exceptuando las sentidas palabras de los componentes de la película Campeones dirigidas a concienciar sobre la exclusión social a los disminuidos psíquicos. No hubo reivindicaciones a los presos políticos ni al buen gusto. La alfombra roja de los premios se llenó de looks y modelitos imposibles que eran un atentado a la sobriedad. Los presentadores, Sílvia Abril y Andreu Buenafuente, buenas elecciones, exceptuando el último que le vimos puesto a ella, un vestido amarillo chillón que hacía daño a los ojos.
Sílvia Abril y Andreu Buenafuente (Efe)
Pero si se piensan que este tutú fue lo peor, van errados. La palma se la lleva el actor Brays Efe, protagonista de Paquita Salas y ahora en Tu cara me suena, que cogió todos los esmóquines que tenía por casa, los puso en una trituradora de aquellas que dejan las hojas hechas trizas, y después enganchó un trozo de cada para perpetrar un traje a rayas que rayaba la pena de prisión, rematado con una corbata roja.
Brays Efe (Efe)
Compitiendo con él, los modelitos que llevaron algunas actrices como Najwa Nimri, una actriz que demostró que si su nombre es difícil de pronunciar, todavía es más difícil de ver el look que llevaba, una especie de torera hecha con las cortinas de la yaya encima de un vestido plateado con lágrimas. Pero lo que hacía llorar era verla.
Najwa Nimri (Efe)
Rossy de Palma optó por un híbrido entre la bailaora flamenca del watsapp y las burbujas Freixenet. Mientras que Hiba Abouk, protagonista de El príncipe, demostró que no era la princesa del buen gusto con su vestido de color amarillo con las mangas como si fuera una bailarina de samba brasileña y un escote en forma de rombo.
Rossy de Palma (Efe)
Hiba Abouk (Efe)
Hablando de princesas, era lo que parecía la influencer Dulceida. Pero más bien, era como si Elsa de Frozen hubiera tenido una mala noche. Un vestido de transparencias que no era muy favorecedor. Claro está que como mínimo, el tono tristote de color que llevaba no hacía tanto daño a los ojos como el albornoz estampado de la actriz Mariola Fuentes o lo que llevaba una colega suya, la actriz Pilar Ordóñez, que optó por un vestido rojo de lentejuelas de aquellas que hacen las delicias de los más pequeños y que van cambiando al tacto. De la peineta en forma de corazón que llevaba en la cabeza, mejor no decir nada o nos podrían detener. Igual que del vestido con un pajarraco que llevaba Eva Marciel. El ave salía volando del vestido. Igual que el buen gusto.
Dulceida (Efe)
Mariola Fuentes (Efe)
Pilar Ordóñez (Efe)
Eva Marciel (Efe)
Loles León, a pesar de parecer una animadora de la pantera rosa, hacía lo que podía con las plumas rosas de su elección. Además, qué caray, es Loles León y ella sola justifica cualquier atentado a la estética. Más injustificables eran los modelitos de Macarena Gómez y su pareja Aldo Comas. Ella, como una caperucita roja en una película de Isabel Coixet. Él, como un lobo feroz del Polo Norte, con un esmoquin y pajarita blancos.
Loles León (Efe)
Macarena Gómez i Aldo Comas (Efe)
El total block blanco de Comas se confrontaba con el estampado de alfombra de la Edad Media de Miguel Ángel Muñoz o el total block quinqui de Eduardo Casanova, con el pecho al descubierto, dejando ver un colgante y los pelos del escote. Claro está que para pelos, los que lució Amaia. La ganadora de OT mostró con naturalidad que se dejó la epilady en casa y que estaba orgullosa con sus axilas pilosas.
Miguel Ángel Muñoz (Efe)
Eduardo Casanova (Efe)
Amaia