Una de las pocas, poquísimas cosas buenas que trajo la terrible pandemia por coronavirus que paralizó al mundo en el año 2020 fueron, sin duda, ellos tres. Tres chicos, Klaus Stroink, Guillem Boltó y Rai Benet, que durante el confinamiento empezaron a tocar en la terraza de un piso del Eixample de Barcelona. Aquello se viralizó de manera fulgurante, alegraban la vida de todo el mundo encerrado en sus casas. Y a partir de ahí, la locura más absoluta. La pandemia acabó, pero ellos, afortunadamente, siguieron haciendo música, haciendo muy buena música. Hablamos, evidentemente, de los Stay Homas, derivación de "stay home" en inglés, es decir, "quédate en casa". Como muestra, muchos botones. Desde aquel primer tema en confinamiento..:

...hasta la última canción que han compuesto, con los Figa Flawas, Espurna...:

...pasando por temazos que dan un buen rollo que desarman, como No vull baixar...:

...Gotta be patient...:

...o La platja...:

Han tocado la gloria, han llenado conciertos, han recibido likes de Orlando Bloom, Michael Bubblé, enamorado de ellos, les ha versionado, han tocado con genios como Rubén Blades, han conocido a uno de sus ídolos, Manu Chao, han colaborado con infinidad de grupos catalanes y han hecho lo que más les ha gustado durante cuatro años. Pero eso se acaba. Porque este fin de semana se despiden, "de manera indefinida", con tres conciertos muy especiales en el Poble Espanyol de Barcelona:

Como ellos tres han dicho en una conversación deliciosa con Jordi Basté en El món a RAC1, "Hacemos terapia de grupo; si no paramos ahora, el parón será para siempre". De momento, pues, será una despedida indefinida, con el colofón de estos tres conciertos llenos de colaboraciones y de sorpresas. ¿Ganas de coger vacaciones del 0 al 10?: "Un 10", responden al unísono. ¿Un final, final?... "Te entran miedos y dudas, ¿la estamos liando?..., es un parón que nace de una necesidad, no nace de un capricho. Ahora que se acerca el final estamos todos raros, pero seguimos con el plan inicial, no sabemos qué pasará", dice Rai. "Ahora nos vienen las dudas de 'Ay, no sé si nos dará pena dejarlo, ay, no sé si tendremos ganas de hacer más cosas después', pero lo que seguro que tenemos claro es que ahora necesitamos parar", añade Guillem.

Los Stay Homas se lo han pasado pipa durante cuatro años, en el terrado de su casa o después, con la locura, tocando en escenarios de todas partes. Han recorrido Catalunya de arriba abajo, han ido por Europa donde todavía tienen un recuerdo brutal de los conciertos en ciudades como Berlín o Amsterdam... No tanto de algún otro lugar donde han tocado. Cuando Basté les pide que revelen el peor recuerdo vivido este tiempo encima de un escenario, "algún concierto que fuera un desastre", lo tienen claro: "Toro. Te lo creas o no, tocamos en un pueblo que existe en España que se llama Toro, al lado de Zamora". ¿Qué pasó allí?: "Nos programaron en la fiesta mayor del ayuntamiento. Nosotros tocábamos en una plaza abierta al público, llena de restaurantes, y al lado había una especie de descampado con una fiesta de reguetón donde estaba todo el mundo y nosotros en una plaza con 50 personas... Había más gente en el escenario que abajo, después de 8 horas de furgoneta. Fue un buen baño de realidad".

toro
Toro, en Zamora

Pues en Toro se lo pierden, porque es un espectáculo y un gusto verlos actuar. ¿Qué harán a partir de ahora, después de los conciertos del viernes y el sábado? Guillem, operarse de la rodilla (se lesionó jugando a fútbol), Rai marcharse tres meses a Japón y Klaus que no tiene ni idea. ¿Y nosotros? ¿Qué haremos sin los Stay Homas? Ojalá este parón indefinido tenga un retorno. Y si no, siempre nos quedará su música. Stay Homas, maravillosos.