Manu Baqueiro es un tipo que se hace querer. Uno de los actores más buena gente que está en el panorama nacional, gracias a su carácter, talento y bondad, pero también, gracias a un personaje icónico de la televisión, su 'Marce' de Amar en tiempos revueltos, Amar se para siempre o como se vaya llamando. Durante dos décadas ha sido uno de los protagonistas de una de las series más longevas de Antena 3, con millones de espectadores fieles a lo que le pasaba a él y a su mujer de ficción, 'Manolita', y el bar 'El asturiano'. Aparte de esta serie tan querida, muchas obras de teatro y programas televisivos donde ha dejado huella y ha demostrado el buen humor y el carácter extrovertido que tiene, como por ejemplo en Masterchef Celebrity, donde llegó a la final, o Tu cara me suena. Y ahora tiene a tocar nuevo proyecto televisivo, 'Perdiendo el juicio', y está de gira teatral con su espectáculo 'Una semana nada más'.
Con pareja catalana desde hace un tiempo, Baqueiro es un apasionado por su trabajo... y de su tiempo libre. Y una de las cosas que acostumbra a hacer cuando no está rodando o encima de los escenarios es hacer carretera y manta y visitar lugares espectaculares en coche o moto. Por ejemplo, descubriendo Sri Lanka, "que la recorrimos entera en una moto de siete y medio, o Vietnam. Ahí, alquilamos una Minsk antigua, rusa, maravillosa, con la que íbamos de pueblo en pueblo, de arrozal en arrozal", ha dicho en una entrevista sobre motor en La Vanguardia. Baqueiro se reconoce como un buen conductor ("No he tenido un golpe en la vida. Estoy tocando madera y la verdad es que me considero un tipo prudente") aunque lleva fatal cuando él no está en el volante y va de copiloto y alguna vez ha sufrido cómo le han tirado su Vespa al suelo, "estaba aparcada y vino un tío que, dando marcha atrás, la tiró".
Viajero incansable, Brasil, Sri Lanka, Vietnam, Camboya, Tailandia, Zanzíbar, Tanzania, también se ha dejado caer por Catalunya, como el último verano, donde disfrutó de unos "Días de desconexión y deporte en el pirineo catalán. Mucha bici, mucho trekking y sobre todo mucha paz, que a la vuelta vienen curvas". De ir en bici también ha hablado, y ha reconocido su temor, respeto y angustia que le genera ir en dos ruedas por según qué lugares. Concretamente, el intérprete reconoce que es de los que le gusta ir en bicicleta o correr por la sierra madrileña o la Casa de Campo, un circuito cerrado sin coches, pero que "Me provoca mucha ansiedad ir por carretera con la bicicleta; me da la sensación de que se me van a llevar por delante y no quiero". Le entendemos perfectamente. Compartimos su temor.