En cuestiones sexuales, cada uno hace lo que quiere, o lo que puede. Y en cuestiones de fantasías sexuales, todavía más. La imaginación, la líbido o las inquietudes sexuales cada uno las satisface, o trata de satisfacerlas, en su intimidad. Pero a menudo, los famosos revelan cuáles son aquellas situaciones que nunca han conseguido llevar a la práctica.
La revista Pronto publica este lunes los sueños erótico-festivos de algunas celebrities. Y de entre todos ellos, destaca el de la cantante Mariah Carey. La diva de los escenarios demuestra que también es diva en el sexo. Diva y encantada de haberse conocido. Hace unas semanas, una mujer que había trabajado para ella como manager ya la acusó de practicar sexo duro en casa, con ella presente, provocando que ella la viera.
Le tendríamos que preguntar si de fondo sonaba Touch my body o All I want for Christmas is you. Porque su exmarido confesó que a la cantante le excita practicar sexo mientras escucha sus propias canciones. "A Mariah le encanta practicar sexo con canciones suyas, especialmente con 'Hero'". Lo que tendríamos que preguntar es si piensan lo mismo sus parejas sexuales, y si les excita oír en estéreo a la persona que tienen delante o en cualquiera que sea la postura.
Otras famosas que recuerda la revista como mínimo no caen en este ejercicio de autocomplacencia. Beyoncé, por ejemplo, tiene un objetivo entre ceja y ceja, hacer el amor por todo París: "Me encantaría tener sexo en el Louvre, el Arco del Triunfo...". Y Macron contento con la promoción. En cambio, sorprende que la fantasía no realizada nunca de Scarlett Johansson sea tener relaciones en el asiento de atrás de un coche, probablemente, el lugar más mainstream de la historia de las primeras experiencias sexuales y un recurso al alcance de todo el mundo, pero que se ve que no ha podido hacer nunca. Que vaya algún día a la carretera de la Rabassada.
¿Y Christina Aguilera? Para animar su vida de pareja, ella y su exmarido escogían un día a la semana e iban desnudos todo el día mientras cocinaban o hacían las tareas del hogar, según ella, "para hacer las cosas de siempre, pero desde otra perspectiva". ¿Resultado? "Siempre acabábamos haciendo el amor en el fregadero".