Actualmente, en su timeline en redes sociales se define como "Mis labores comunicativas & creativas", pero hubo un tiempo donde lo que ponía era "Comunicadora. Creadora. Escritora. DJ. Actriz". Conviene recordarlo, porque ha habido mucho tiempo que parece que a más de uno se le haya olvidado de todo lo que es capaz de hacer, y todo bien, una artista multidisciplinar como ella. Una comunicadora de la cabeza a los pies. Pero como ella misma lamentaba: "Tengo más de 50 años, y eso es un hàndicap para cualquier mujer. Mujer de más de 50 años tiene muy difícil el acceso al mercado laboral. No importa que mi currículum sea espectacular y que ya no me pueda quedar embarazada. Da igual". Marisol Galdón sorprendió hace unos meses con un valiente vídeo donde exponía su situación: "entre una cosa y otra no me quedó más que darme de baja de la seguridad social y necesito trabajar, seguir cotizando, y aquí estoy, ofreciento mis servicios por si hay alguien por ahí que desea contratarme profesionalmente".
La de Sabadell se hizo un hueco en el corazón de los espectadores con un programa legendario en La 2 de TVE en Catalunya, Plàstic, al lado de David Bages o el director de Gestmusic, Tinet Rubira. También Peligrosamente juntas. Desde entonces, participó en diferentes programas, también ha sido una colaboradora habitual en programas de radio, ha hecho de actriz, ha hecho de DJ, y ha escrito un par de libros. Pero pasados los 50, encontró muchas puertas cerradas. Después del vídeo pidiendo trabajo, denunciando la perversidad de un mercado que excluye a las personas de más edad, especialmente las mujeres, ha vuelto a hablar sobre vivir en precariedad y pasándolas canutas. Vive en La Alcarria, Guadalajara, y según explican en El País, "su casero, comprensivo, le ha aplazado y rebajado la renta, y la inquilina completa sus escuetos ingresos con ayudas de amigos". Y es que Galdón ha visto de cerca las penurias: "La ruina llegó con la crisis de 2008, en la que bajaron brutalmente las tarifas, y, sobre todo, con la pandemia. Se paró todo. No me salía nada. Tuve que vender mi casa, pagar deudas".
Y como ella dice, no es la única. Aunque cueste mucho confesarlo: "Es durísimo salir del armario de la pobreza y más en una época y una profesión en las que mandan el postureo y la impostura. Alucinarías con la cantidad de colegas que están tan jodidos como yo y solo muestran su cara ideal". Ha hecho un corto explicando su experiencia, en Marisol al desnudo, porque lamentablemente, la situación no ha mejorado mucho después del vídeo, no le llueven las ofertas. Por no poder, la actriz y presentadora no puede ni satisfacer ni uno de sus deseos más básicos y sencillos: "Un libro. Hace siglos que no me compro uno, es de lo que peor llevo. Son 20 euros que quito a la compra y las facturas". A veces, la situación ha sido tan dramática que no se ve la luz al final del túnel: "te metes en un pozo muy negro. El año pasado por estas fechas casi termino como Verónica Forqué".
Recordamos que hace unos meses encontraron a la célebre actriz muerta en su casa después de haberse suicidado. Y ella, ¿también pensó en dejarlo todo y tomar esta drástica decisión?: "Sí, sin dramas, además, porque siempre he pensado que la vida le pertenece a uno y a nadie le importa lo que hagas. Cuando te vas estrellando contra una valla y otra, y no lo logras, te desesperas. Demasiadas cosas he hecho ya por debajo de mis posibilidades. Entonces, si este mundo no está interesado en mí, dices, como Fernán Gómez: 'Idos todos a la mierda'". Afortunadamente, no lo hizo. ¿Por qué? Porque le concedieron una ayuda de 400 euros de la Sociedad de Gestión de Derechos de Imagen de Intérpretes y porque le salieron un par de escenas en la serie Sentimos las molestias: "Del Estado no he recibido nada. Esas ayudas a mí me salvaron la vida. Con eso voy tirando".
Después del vídeo, se volvió a hablar de ella, le salió algún bolo, alguna entrevista, pero nada firme: "Todo tan precario y tan puntual que no acabo de salir del hoyo. Lo digo otra vez desde aquí: necesito trabajar ya". Que alguien lo escuche, y sobre todo, que le den trabajo a un monstruo comunicativo como ella. Se lo merece. No hagamos que tenga que haber una tercera petición de trabajo.