El mundo de la cirugía estética ha vivido un último, y creemos que definitivo, capítulo. Nada puede superar lo que acaba de hacerse en la cara una actriz de fama mundial. Entre el bisturí, el Photoshop y el maquillaje, se ha obrado un milagro que hará que los lectores se tengan que frotar los ojos y mirar dos veces la fotografía con el antes y el después para ver una brizna de similitud entre las dos imágenes. A menudo les hemos ido informando de los radicales cambios que muchas celebrities se han hecho en la cara. Todavía se recuerda la imagen de una Christina Aguilera sin maquillaje que alborotó a las redes.

Papel

En esta ocasión, todo el mundo alabó el cambio de la cantante, que parecía que tuviera 20 años menos. No tanta unanimidad ni fervor despertó la visita al cirujano de Ivonne Reyes o de Lídia Bosch, que justificó su nuevo rostro a una gripe.

GTRES

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Ahora que la monarquía necesita un lavado de imagen, una nueva cara después de los últimos escándalos de Sofía, Letizia, Felipe, Juan Carlos y compañía, que en Zarzuela tomen nota de este nombre: Robbie Fimmano, un fotógrafo de moda australiano. Porque él ha hecho posible el milagro en un reportaje para la revista InStyle. Imaginen las maravillas que podría hacer con la imagen de la familia real. Vuelvan a fijarse en esta imagen:

Como todavía les será imposible reconocer a la famosa en cuestión, a ver si tienen más suerte con otra de las fotografías que se incluyen en el reportaje, con un plano más abierto, y donde se la ve como una ejecutiva agresiva, con los pies encima de un escritorio:

¿Qué? Todavía no, ¿verdad? La puesta en escena del fotógrafo con su modelo es un deseo de rendir homenaje a uno de los papeles más emblemáticos de esta actriz, allá por los años 80. El personaje se llamaba Tess McGill, y la película, Armas de mujer. El filme estaba protagonizado por Harrison Ford, una Sigourney Weaver que hacía el papel de malvada jefa, y una joven actriz que interpretaba el papel de una secretaria de origen humilde que consigue ascender en la empresa en la que trabaja con todo el esfuerzo del mundo.

Armas de mujer

Sí... Probablemente estarán poniendo unos ojos abiertos como platos. Melanie Griffith, uno de los iconos del cine de los años 80 y 90, es la persona a la que parece que le hayan cambiado la cara. Solo hay que recordar el aspecto que tenía en sus últimas apariciones.

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En la película de Mike Nichols, se hizo famosa la canción de Carly Simon, Let the river run. El estribillo de aquel tema decía que "dejemos correr al río y dejemos que todos los soñadores despierten a la nación". Lo que han dejado correr en el rostro de Griffith es el bisturí y el maquillaje. La protagonista de Celebrity o Two Much ha considerado, a sus estrenados 61 años, que nunca hay two much retoques y parece otra persona, más próxima a la que se casó hace años con Antonio Banderas, pero igualmente irreconocible.