Nos quedamos más tranquilos. La operación de Mercedes Milà ha sido todo un éxito, aun y haber tenido un pequeño percance durante el transcurso de esta. La presentadora catalana se la pegó el otro día yendo en bici: mientras conducía por la campiña cual Pipilanstrum, un tábano gigante la atacó y provocó el trompazo de la ex de 'Gran Hermano', que cayó encima de una zarzamora. Resultado: rotura de húmero.
Aunque en un principio el médico de cabecera le dijo que no era nada grave, la hermana de Lorenzo Milà decidió, debido al angustiante y constante dolor, acudir a su médico de confianza. Él le dijo que se debía operar: tenía el hueso hecho coca. Dicho y hecho: ayer la presentadora de Movistar+ pasó por el quirófano y la intervención resultó fructífera. "Ya me he operado. Estoy muy bien. Eso lo primero", escribía Mercedes en sus stories, a lo que añadía que la operación "fue tal como el Dr Mir había previsto". No obstante, la de Esplugues de Llobregat apuntó que, durante su paso por la sala de operaciones, hubo un percance. "El doctor ha encontrado una 'avería' muy seria. Lo que puede provocar un 'humilde' tábano en la vida de uno", relataba la conductora de formatos de entretenimiento.
Una placa que estremece
La avería de Milà debe de ser un tornillo de más, porque la verdad es que el resultado de la radiografía final del húmero que ha compartido la propia protagonista aterroriza, tanto o más que el de anoche en TV3. Hasta siete tornillos clavados que asustan. Pero Milà no debe preocuparse: poco a poco mejorará y, en unos días, ya la autorizarán para que pueda ir a Mahón a reposar en un ambiente más cálido y familiar. Lo que es cierto es que tiene unas ganas tremendas de salir del hospital. Nos consta.
Una llamada que le ha dado fuerzas
William Levy, actor hispano-cubano con el que la Milà mantiene una relación muy cercana y especial, ha sido la mejor noticia que ha podido recibir la catalana antes de empezar la operación. Así lo relataba: "Esta mañana, a las 5:45 de la mañana, he tenido como una transfusión de sangre fresca y grandísimamente sana. Me ha llamado al teléfono el señor William Levy. Casi me muero. Me ha reñido porque no le había informado de mi situación". Para ella, esta llamada fue una bendición: por suerte todo ha salido bien. Ahora, a seguir con la recuperación. "Pasito a pasito, suave suavecito".