No ha sido el primero ni desgraciadamente será el último caso de alguien a quien hemos visto ante los focos a menudo que de la noche a la mañana, o después de una serie de acontecimientos negativos, pasa a la otra cara de la moneda y nos encoge el corazón con su situación actual. Actores o actrices que de estar ante los focos y caminar por alfombras rojas, pasan a vivir con muchos problemas, e incluso, como en el caso que nos ocupa, en un banco de un parque, en la calle. Es lo que le ha pasado a una de las intérpretes que parecía hace unos años que tendría una larga carrera en la gran pantalla, pero desgraciadamente no ha sido así. Hablamos de Mónica Cervera.
Ella fue una de las protagonistas de una película de Álex de la Iglesia, Crimen ferpecto, al lado de Guillermo Toledo, Kira Miró o Luis Varela. En el filme del 2004, interpretaba el papel de Lourdes, una dependienta de unos grandes almacenes que es la única testigo de un asesinato del responsable de la sección de caballeros, a manos de otro trabajador que aspira a convertirse en jefe de planta. Ella decide hacer chantaje y callar, a cambio de convertirse en su amante y después, casarse con él. Una locura made in De la Iglesia que hace veinte años tuvo bastante éxito en las taquillas y que le valió a Cervera una nominación al Goya como mejor actriz revelación.
Aparte de esta película, a Cervera la vimos en filmes, series y obras de teatro como Piedras, Entre vivir y soñar, 20 centímetros, Manos a la obra, Con dos tacones, La que se avecina o La mujer que llegaba a las seis. Poco a poco, sin embargo, el trabajo fue disminuyendo y ahora, 20 años después del éxito con De la Iglesia, hemos sabido de la preocupante realidad que está viviendo. Tal como explica la revista Semana, la actriz, a sus 48 años, ha dejado atrás los photocalls y las cámaras y vive en la indigencia, en un banco de un parque de Marbella. Tal como ella misma ha revelado al citado medio, "no necesita nada de nadie" y no quiere mirar atrás ni saber nada de su pasado: "No quiero que me nombren la palabra televisión ni cine. Estuve ahí en su día, pero no quiero volver nunca. Estoy bien como estoy, no quiero hablar de ese pasado".
Aunque su familia vive en la misma ciudad, y podría tener un techo bajo el cual vivir, Cervera no quiere saber nada de ellos y prefiere continuar tal como está: "Me tienen que respetar. Quiero que me dejen en paz y vivir como yo he elegido vivir. Lo único que quiero ahora es que Bienestar Social, con los que tengo cita el 25 de enero, me den una estabilidad", explica de manera cruda la exactriz.
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