Natalia Sánchez y Marc Clotet forman una de las parejas mejor avenidas del star system del país. Buenos actores, buenas personas, desde que se conocieron y enamoraron no se han separado. Están hechos el uno por el otro y a menudo regalan a sus seguidores imágenes preciosas de cómo se adoran y de la familia preciosa que han formado al lado de sus dos hijos, Lia y Neo. Una de las costumbres más bonitas que tienen los cuatro es felicitar el fin de año, la llegada del nuevo año que empieza, con una felicitación preciosa donde salen juntos, cogiendo cada nuevo año hecho con unas cartulinas. En esta secuencia pueden ver una evolución de cuando empezaron a hacerlo, entonces con la pequeña Lia todavía en la barriga de su madre, hasta la felicitación que hicieron hace cuatro días.
Pero la felicidad que se ve en las caras de Natalia y Marc no lo fue tanto hace un par de fines de año. La actriz, que se hizo famosa con su papel de 'Teté' en Los Serrano y que ha demostrado el amor que le tiene al catalán, aprendiendo la lengua de su pareja hasta llegar a hablarla de una manera absolutamente perfecta, como si hubiera nacido y vivido en Catalunya toda la vida, ha compartido con sus seguidores el que probablemente haya sido el peor momento de su vida. Porque en el texto que acompaña la bienvenida al nuevo año, ha helado la sangre de sus seguidores con una confesión sobrecogedora.
Sánchez ha puesto la vista hacia atrás y ha recordado un momento durísimo que le tocó vivir, justamente una nochevieja. La nochevieja de ahora hace justo un año, "sin duda, fue el peor Fin de Año de toda mi vida y aun no puedo pensar en ello sin que se me salten las lagrimas…". Explica la intérprete dónde y cómo se pasó la última noche del año "en la sala de espera de una UCI pediátrica, junto con mi hermana y mi cuñado, rezando porque mi sobrino de 3 años saliera adelante… Os prometo que nunca había sentido tanto dolor en el corazón… Tanto miedo…". Su querido sobrino estaba enfermo y ella quiso estar a su lado y al de su hermana y cuñado en un momento como este. Afortunadamente, el niño se encuentra sano y salvo, y hoy, un año después,"doy gracias a la vida, al cielo y, sobre todo, a nuestra bendita sanidad pública, por habernos devuelto a nuestro niño con más fuerza que nunca y sano como una manzana. Así que este año, tengo MUCHO por lo que dar gracias… porque la vida, el año pasado, nos regaló una segunda oportunidad que no pienso olvidar jamás".
Unas palabras emocionantes.