Es difícil, si eres una persona que has vivido en Catalunya en los años 80, no emocionarse y sonreír cuando ves y oyes la careta de entrada de una de las series más queridas y recordadas por los espectadores de aquella TV3 de los inicios: Magnum p.i.:
El bigote más famoso de TV3, el investigador privado socarrón, mujeriego, encantador, conduciendo un Ferrari arriba y abajo y sacando de quicio al mayordomo británico, Higgins ("madre del amor hermoso"). Fue tan impactante aquel personaje que todavía ahora, 40 años después, se sigue hablando y recordando. Y para siempre, amor eterno de la audiencia a quien le daba vida, el actor Tom Selleck. Las generaciones posteriores, sin embargo, quizás lo recordarán más por otro papel importante, más breve, pero bastante emblemático, y más, tratándose de una serie como Friends. En la sitcom más famosa de todos los tiempos interpretó el papel de Richard, el oftalmólogo amigo del padre de Monica y Ross, que tiene un affaire con ella, y que después le provoca muchos dolores de cabeza a un celoso Chandler.
Después de aquello, el actor que había sido escogido para hacer de Indiana Jones, papel que finalmente recayó, como ya saben, en Harrison Ford, ha ido apareciendo en otras producciones, quizás la más notoria, Blue Bloods, una serie policíaca, un drama policial en el cual hace el papel del jefe de policía Frank Reagan, que lo volvió a situar en el foco televisivo. Poco a poco, sin embargo, ha ido aparcando la interpretación para dedicarse a la familia y a sus otras pasiones, una de ellas, los caballos, ya que además, su hija Hanna es una reconocida jinete. El actor vive alejado de Hollywood ("siempre me costó mucho exponer mi vida privada, y cuando lo hago me quedo pensando un tiempo en eso") en un rancho en Ventura County, California, rodeado de caballos y al lado de su mujer, la actriz Jillie Mack, y su hija. Allí también dedica horas y horas a otra sorprendente faceta que le apasiona: el cultivo de aguacates. Lo más sorprendente, sin embargo, es que asegura que no le gusta nada comerlos, que incluso, le provocan arcadas, pero en cambio, es un enamorado de verlos crecer.
Una pasión, sin embargo, que alguna vez le ha llevado problemas, como la vez que él y su mujer fueron demandados por, supuestamente, haber robado agua de la red pública con un camión para poder regar sus aguacates. De hecho, tuvo que pagar una multa de cerca de 20 mil dólares para cubrir la investigación del caso. Según el Departamento Municipal de Aguas de Calleguas, en plena sequía se presentó un reclamo en contra del actor, al que acusaban de haber abastecido sus terrenos de aguacates con agua un mínimo de 12 veces en 18 meses. Pasado el mal trago, Selleck sigue escogiendo bien los pocos papeles donde sigue apareciendo en televisión y rodeado de sus aguacates queridos.