Si hay un grupo del que se ha escrito la vida y milagros, este son los Beatles. Los Fab Four de Liverpool, el grupo de música más importante que ha habido nunca, han pasado a la historia por su música, por sus letras, por sus flequillos, por los millones de fans que tenían... y por la mitificación de sus aventuras sexuales.
La relación entre los Beatles y el sexo era más que evidente. A pesar del aspecto inicial de no haber roto un plato, a nadie se le escapa que muchas de las letras tenían un doble sentido, por no hablar de la erótica que despertaban en las groupies que tenían por todo el mundo. Ahora, Paul McCartney publica un nuevo trabajo en solitario, Egypt Station, y está de promoción. Pero nadie se esperaba que diera titulares tan jugosos y abriera tanto su corazón -y sus recuerdos- a estas alturas de la película. Porque el bajista y cantante ha alborotado más ahora a sus 76 años que cuando cantaba Michelle, Help, Let it be o Penny Lane con veintipocos. Lo ha hecho en una entrevista concedida para la edición norteamericana de la revista GQ.
En un extenso reportaje, McCartney habla de episodios erótico-festivos poco conocidos de los cuatro de Liverpool y aborda diferentes rumores que se han dicho sobre su actividad sexual en plena vorágine del grupo, cuando eran los reyes del mundo. El británico confirma, por ejemplo, que a menudo él y John Lennon organizaban, con otros amigos, sesiones de masturbación en grupo cuando eran unos adolescentes. Un onanismo entre amigos que tenía como "protagonistas invitados" a Brigitte Bardot o Winston Churchill.
"En lugar de emborracharnos o salir de fiesta, a menudo nos quedábamos en casa de John. Todos sentados en unas sillas, con las luces apagadas, y uno de ellos empezaba a masturbarse, así que lo hacíamos todos," recuerda McCartney. Pero lo más curioso es lo que utilizaban para espolear la excitación conjunta o para enfriarla: "de repente, alguien decía '¡Brigitte Bardot!' y entonces todos aumentábamos el ritmo. Después, John gritaba algo así como '¡Winston Churchill!' para cortarnos el rollo". El músico también confirma que los Beatles vieron cómo George Harrison perdió la virginidad a los 17 años y que lo celebraron aplaudiendo y chillando "vítores" en el momento del coito: "Teníamos una cama y dos juegos de literas, y si alguno de nosotros llevaba a una chica a casa, la tapábamos con una manta y no se notaba nada, excepto un poco de movimiento".
Desmiente que se hiciera ninguna orgía, aunque "tuvimos encuentros sexuales de índole celestial y también había por allí groupies", pero sí que reconoce haber participado en un trío en Las Vegas: "uno de los chicos del staff de la gira por los Estados Unidos, cuándo estábamos en Las Vegas, nos preguntó: '¿chicos, quien quiere una prostituta?'. Todos gritamos: '¡sí!' y yo pedí dos. Fue una experiencia maravillosa. Pero es lo que más cerca he estado de una orgía".
En cambio, según McCartney, a quien le iba más la marcha era a Lennon: "le recuerdo conociendo a algún hombre en un club, volviendo a casa con la mujer de este hombre porque a ella le gustaba John, y descubrir al marido mirando como se lo hacía la mujer con John mientras practicaban sexo". Unas experiencias sexuales entre los cuatro de Liverpool que hicieron que "nos lo pasáramos bien... y bastante a menudo", explica McCartney: "al final, compartir estas situaciones fue una de las fortalezas del grupo".