Paulina Rubio podría acabar otra vez en los tribunales por la demanda que ha interpuesto contra ella uno de sus exnovios, el cantante Gerardo Bazúa, que la acusa de no dejarle ver al hijo que tienen en común.

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La situación no es nueva para la artista mexicana. Después de años de batallas legales con otro de sus ex, el empresario español Colate Vallejo-Nágera, que ha tenido que recurrir a la justicia en más de una ocasión para exigir a Paulina que cumpla con el régimen de visitas del hijo mayor, ahora es el padre del pequeño Eros quien la quiere llevar ante el juez. En declaraciones a la cadena de televisión norteamericana Telemundo, la abogada de Bazúa asegura que su cliente hace un año y medio que no ve a su niño, que en marzo celebró su cuarto aniversario.

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Pero todavía hay más. Y es que por lo visto, los funcionarios de justicia de Miami han intentado contactar con Paulina en once ocasiones para intentar hacerle entrega de la notificación sobre la demanda. Todas ellas, en vano.

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Paulina y Gerardo rompieron en 2018 después de cinco años de relación. Se conocieron en La Voz México en la edición del año 2013, cuando ella hacía de coach del programa y él era uno de los alumnos aventajados. Una historia de amor que acabó fatal y que llevó a Bazúa ya entonces a denunciar públicamente que su ex no le dejaba ver a su propio hijo. Dos años después de la ruptura y coincidiendo con la publicación de un vídeo, durante esta cuarentena, en el que Rubio aparece con una actitud muy extraña y por el cual ha sido acusada de consumir algún tipo de sustancia estupefaciente, Gerardo confiesa que está preocupado por el bienestar de la criatura y duda de que la madre esté capacitada para cuidarlo ella sola.