Cuando Pep Cruz habla, vale la pena que dejen de hacer lo que estén haciendo y le escuchen. El inmenso actor catalán tiene un sentido común que buena falta le haría a más de uno. Cada vez que alguien le entrevista, hace demoledoras reflexiones que suenan como un sopapo directo a la cara de gobernantes y defensores de la patria. Él ha sido uno de los tres invitados de una interesantísima conversación a cuatro bandas que han hecho este miércoles en Els matins de TV3 al día siguiente de la gala 'Catalunya alza el telón'. Lídia Heredia analizando el presente y futuro del mundo de la cultura con tres pesos pesados y exponentes mayúsculos del arte y el talento que tenemos en nuestra casa: el mismo Cruz, Clara Segura y Gerard Quintana.
'Cultura en estado de alerta', se leía en la pantalla mientras Heredia los presentaba. Uno de los sectores más heridos gravemente por la pandemia (y las posteriores decisiones de los que mandan) es, sin duda el de la cultura. Los teatros fueron los primeros en cerrar y los últimos en abrir. Pero un país sin cultura no es nada, aunque muchos la quieran aniquilar. Poco a poco, ellos tres y muchos otros, van volviendo a hacer lo que más les gusta y que tanto necesitan tanto ellos como el público con un mínimo de sensibilidad: subir encima de un escenario.
Incertidumbre por ver cómo responde el público, cómo será esta nueva relación entre los artistas y una platea con espacios donde esta vez, los que llevarán máscaras serán el público y no los actores, un futuro que todo el mundo espera que pueda enderezar un sector que ha dejado a muchos heridos de muerte, profesionalmente hablando, al ya de por sí (en muchos casos) complicado mundo de la interpretación. Pero a pesar de la incertidumbre, el anhelo de que la cultura siempre saldrá a flote y que reavivará de esta precaria situación.
La cultura es segura, se lee en este cartel. Pero lo que también es seguro es que a menudo, los burócratas que trabajan en ella, perpetran imágenes que provocan vergüenza ajena. Como ha pasado en el Teatro Real de Madrid, en la inauguración de la temporada de ópera con Un ballo in maschera, donde se vieron dos mundos: el de la platea, con separaciones pertinentes entre butacas y medidas de seguridad, y el del gallinero, con todo el público amontonado. "¿Habéis entendido u os ha sorprendido los abucheos que hubo?" pregunta Heredia. Y Cruz coge el toro por los cuernos: "Dudo mucho de que eso pueda pasar en Catalunya, porque nuestra cultura es otra. Aquí, a nadie se le ocurriría poner a la gente del gallinero apelotonada y la gente de platea con espacios higiénicos... Nuestra sociedad no es tan clasista como los que llevan 500 años mandando". Cliquea en la foto para ver el vídeo:
Difícilmente se puede decir más claro. Guantazo a las élites madrileñas que llevan siglos mandando. Galleta con la mano abierta al clasismo endémico de la capital de España y de sus gobernantes. ¿La mejor respuesta? Vayan a los teatros. Vayan al Poliorama a ver a Pep Cruz y Alba Pujol en 'Aquest país no descobert que no deixa tornar de les seves fronteres cap dels seus viatgers'. Vayan al Romea a ver a Clara Segura y Bruno Oro en 'Cobertura'. Vayan a la gira de Sopa de Cabra con el disco 'La gran ona'. Vayan a los teatros de Catalunya.