Hace muchas semanas que miles de espectadores están como huérfanos, especialmente los lunes. Todo el tiempo que llevamos sin El Foraster de TV3 en nuestras vidas. Quim Masferrer se ha tomado un descanso en eso de recorrer los rincones preciosos que tenemos en Catalunya, cuando menos, lo sigue haciendo, pero todavía queda para que lo volvamos a ver por TV3. Uno de los programas más queridos de la parrilla, que volverá, y que cada día que se emite, hace añicos los audímetros, con muchísimos espectadores plantados delante del televisor. Un programa que no agota la fórmula: el buen rollo que se crea entre el bueno de Quim y los vecinos de los pueblos que visita, las historias de vida personales y maravillosas que conocemos de su mano, cómo se los escucha, la empatía que tiene, cómo se abren en canal sus interlocutores y cómo descubrimos buena gente allí donde va.
Por suerte, a pesar de no tener El Foraster, seguimos teniendo la buena gente de la que se rodea Masferrer. ¿Dónde? En los teatros. Porque Quim no para de viajar con su espectáculo teatral, un monólogo donde puede pasar de todo, y que se basa en buena parte con no saber qué ni quién se encontrará, qué público habrá. El actor y presentador, platea arriba, platea abajo, paseando por el pasillo, al lado de los espectadores, y deteniéndose a su lado para hacerles preguntas e interesarse por sus vidas, sus circunstancias y qué les ha llevado hasta el teatro. En Bona gent, el espectáculo teatral, se ha encontrado de todo. Algunos hallazgos hilarantes, algunas parejas que nos han hecho desorinarnos (y que se pueden recuperar gracias a sus publicaciones en redes).
También hay otros espectadores que nos han llegado al alma, que nos han puesto la carne de gallina, que nos han hecho llorar de emoción. Y es lo que le ha vuelto a pasar en una de las últimas funciones que ha hecho. Concretamente, en el pabellón de Puig-Reig. Un hombre entre el público le dice que la mujer no ha podido ir al teatro porque ha caído y estaba lesionada en casa... ¿Y qué ha hecho Quim? Of course, llamarla con el móvil del marido. La mujer, Roser, emocionada al recibir el aplauso y la llamada: "Mucha ilusión porque te quería dar un abrazo", y explicar que se ha roto el fémur, "pero la cabeza la tengo bien", dice socarrona, mientras añade que "te haré un cuadro para regalarte para que tengas un recuerdo mío"... Lo mejor, sin embargo, es que Roser, cuando acaba de hablar con Quim, no cuelga, y sigue hablando con el marido... Y Quim vuelve a coger el móvil. Y Roser, que cuerda tiene un rato, le dice: ¿"Quieres que te diga una cosa"?, y lo que dice nos ha hecho llorar a todos: "Hace dos meses y medio que he conocido ángeles. ¿Y sabes quiénes son estos ángeles?... Todo el equipo del hospital de Berga. Me han tratado muy bien y estoy muy contenta de haberlos conocido, porque me pensaba que los ángeles solamente estaban en el cielo, y también los hay en la Tierra".
Maravillosa Roser. Y maravillosos los ángeles del hospital de Berga. Esperemos que se recupere muy pronto y pueda ir a ver a su querido Quim Masferrer en alguno de los lugares que todavía tiene que visitar este verano. Y si todavía no lo habéis visto, tomad nota porque lo más inmediato es este sábado 29 de junio en el Auditori de Girona. Después, un julio repleto donde visitará Lliçà de Vall, Corbera de Llobregat, Masquefa, Nulles, Cassà de la Selva y Arbúcies.