2022 está siendo, sin dudas, un año de intensidad máxima para el tenista Rafael Nadal. Ha sumado dos títulos más de Grand Slam a su impresionante palmarés, primero en Australia y hace un par de semanas en París, levantando su 14.º Roland Garros. Ya lleva 22, un coloso. Un hito que ha alcanzado superando dificultades máximas, como la lesión en el pie que lo está martirizando y por la cual se ha tenido que pinchar antes de cada partido en la tierra batida francesa. Si no fuera por estas intervenciones locales no podría ni caminar. Sabe que no puede continuar así, y, si quiere intentar agrandar su leyenda deportiva y no retirarse, tendrá que someterse a una operación para "matar" los nervios afectados y abandonar los remedios temporales. Wimbledon, a finales de este mes de junio, es su gran objetivo. Si llegará o no en condiciones físicas óptimas es todo un misterio. Ahora bien, en cuanto a sensaciones y positividad, el manacorense está on fire.
Con la copa de los Mosqueteros en el bolsillo, Rafael y su pareja Mery (o Xisca) Perelló están disfrutando de unos días de descanso en el lujoso yate propiedad del deportista. La brisa marinera y el movimiento de las olas del Mediterráneo parecen un fantástico bálsamo para coger fuerzas y continuar adelante. Nadal necesita reposo, pero no es el único. Mery también tendrá que bajar el ritmo durante los próximos meses, porque la revista '¡Hola'! acaba de confirmar lo que era un secreto a voces: esperan su primer hijo. Está embarazada. El regalo más bonito que la vida puede ofrecer a una pareja de enamorados como ellos, más importante que cualquier éxito deportivo o reconocimiento público.
La famosa revista acaba con las especulaciones sobre el estado del matrimonio, que llevan 17 años juntos y 3 como casados. Y lo hacen con una serie de imágenes exclusivas en las que se puede apreciar la incipiente barriga de Perelló, que ha intentado disimular su estado durante las últimas semanas coincidiendo con la cita tenística parisina. Las fotos son precisamente de esta escapada náutica. Mery lleva un traje de baño de premamá, un detalle irrefutable. Que la pareja haya permitido que los paparazzis que los persiguen a todas horas los inmortalizaran de esta manera es la prueba más fehaciente del visto bueno de ambos a que se haga pública la buena nueva. Ya no lo esconden, seguramente porque, afortunadamente, la gestación va por el buen camino. No conocemos detalles sobre la posible fecha de nacimiento de la criatura, pero a partir de la confirmación se abre la veda, las apuestas y las elucubraciones.
Los rumores se convirtieron en ensordecedores durante la última gesta deportiva de Navidad: las cámaras de televisión ofrecían a menudo la imagen de su mujer sentada en las gradas, destacando la elección de vestuario de la mallorquina: ropa ancha, cómoda, a través de la cual no se podía percibir ningún tipo de cambio en su anatomía. Una estrategia, sin embargo, que puso alerta a la profesión, que se las sabe todas. Y efectivamente, un par de semanas después, todo ha quedado negro sobre blanco. De esta manera se hace realidad el sueño de los dos, y que el propio Rafael expresó en una entrevista en abril de 2020: "Espero ser padre en un futuro no muy lejano". La cuenta atrás ya ha empezado y la criatura tocará a la puerta muy pronto. Lo más importante: que lo haga sana y feliz, como sus progenitores y, especialmente, la madre de 33 años, sobre la que recaerá todo el peso y los detalles menos atractivos del embarazo.
El pie le dolerá, los años le pesarán, ¿pero quién le iba a decir que sería tan dichoso con 36 años? Al margen de cualquier discrepancia con el tenista (fuera de las pistas, claro está), nuestra felicitación más sincera a la pareja.