Ya hace unos días que se celebraron las elecciones del 23-J. Las urnas dictaminaron que a estas horas, todavía no se haya formado gobierno y ahora la pelota está en el tejado de Pedro Sánchez o de Junts. Veremos en qué acaba todo, si hay acuerdos o no, o si tendremos que ir a nuevas elecciones si los socialistas siguen tocando el violín y no aceptan las condiciones del partido soberanista. Lo que dejaron claro, sin embargo, los electores, es que no habrá un gobierno en España formado por la derecha y la ultraderecha. Alberto Núñez-Feijóo y Santiago Abascal se las prometían muy felices y ya salivaban con la posibilidad de echar a Sánchez de la Moncloa, pero se tendrán que dar con dos piedras, porque el PP quedó lejos de sus sueños más húmedos en forma de escaños y la extrema derecha vio cómo perdía muchos votos y escaños con respeto a las anteriores elecciones. Lo que hace unas semanas eran sonrisas y babear, ahora son caras de circunstancias.
De hecho, al que ven en la primera foto en medio de Feijóo y Abascal, Iván Espinosa de los Monteros, ha sido el último en abandonar el barco de Vox, evidenciando los problemas internos de la formación ultra. Después de perder 19 escaños el pasado 23-J, la salida de su portavoz en el Congreso y uno de los fundadores del partido, alegando "motivos personales" para justificar su retirada, ha puesto el foco en la formación ultra, que hace tufo de Ciudadanos. Varios medios apuntan a la mala o nula relación con Abascal desde hace meses, ya que Espinosa de los Monteros se sitúa cada vez más lejos de la cúpula del partido. O eso pretende. El caso es que en unos momentos donde Vox hace aguas, ¿quién ha salido en su defensa? Alguien que resistirá al lado de los ultras y que si hace falta, se estará quince años declamando su amor por Abascal y compañía. ¿Quién? Ramón Arcusa, una de las mitades del Dúo Dinámico.
A sus 83 años, Arcusa está demostrando que su cabeza, de dinámica no tiene nada, porque ya hace tiempo que las va dejando de padre y muy señor mío. Por ejemplo, echando de menos el franquismo, como lo que dijo en una entrevista para el diario El Mundo: "Recuerdo que, en los hoteles, dejábamos la llave en la puerta, como hacían en los pueblos, y había una seguridad que no podríamos ni soñar ahora. Franco hizo también muchas cosas buenas de las que no se habla". Ahora, de lo que él ha hablado, ha sido de las elecciones. ¿Para decir qué? Para lamentarse de "uno de los misterios más insondables de la política española: cómo es posible que la izquierda pueda pactar con cualquier partido que desprecie y pretenda desestabilizar España y, sin embargo, vean como un crimen insoportable que el PP pueda pactar con Vox. Dos varas de medir".
Arcusa, llenándose la boca con Vox. La red lo ha destrozado y él, chulesco, enviando a todo el mundo a hacer puñetas, repitiendo el mismo esquema de respuesta, esta: "Merluzo. Si te pica, ráscate":
"Quisiera ser el eco de tu voz, para poder estar cerca de ti"... Ahora sabemos que aquellos versos de 1961 estaban escritos de manera prematura dedicados a Abascal... Qué vergüencita, Ramón Arcusa. Y lo peor, no se tapa nada. Al contrario, bien orgulloso que está.