José Ramón Julio Márquez, más conocido como Ramoncín, celebra este 2018 sus 40 años encima de los escenarios. Desde que en 1978 publicó su primer disco Ponte las gafas, con una aparición en TVE cantando la canción Marica de terciopelo con un rombo rojo pintado en el ojo derecho, sacudiendo a los espectadores, el madrileño ha vivido una carrera musical rodeada de polémica.

Polémica por sus letras y por su actitud de plantar cara a quien fuera, micrófono en mano. Pero polémica también cuando bajaba de los escenarios e iba a las tertulias televisivas de Crónicas marcianas o de otros espacios. O cuando se le acusó de robar en la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), o cuando en el 2013 cantó L'Estaca en el Concert per la Llibertat del Camp Nou, cosa que ahora, asegura, no volvería a hacer.

El Concert per la Llibertat del 2013

En una entrevista en El Mundo, dice que "Yo pensaba que ellos querían defender el derecho a decidir. Pero era otra cosa. De hecho a muchos no les gustó mi presencia hablando en castellano y flipé...". Ramoncín reconeix que "La media hora de república me pilló en Cataluña, fue una putada, pero estaba condenada a fracasar.

También se pronuncia sobre los presos políticos, que el cantante menciona como "unos señores en la cárcel que no deberían estar. Y no quiero hacer un juego de palabras", y critica con ironía la judicialización política: "Somos muy felices metiendo a la gente en la cárcel. Lo mismo nos da un consejero que un rapero". Critica a los políticos y critica a los ciudadanos: "El español medio es una persona desinformada. ​Casi el 50% vive insertado en un franquismo sociológico. Franco, 40 años después de su muerte, sigue presente. El hijo de la gran puta sigue ahí".

Efe

Donde más "ahí" se ve lo que denuncia Ramoncín es, sin duda, en el Valle de los Caídos, "donde van algunos a hacer el ridículo". Un lugar que el cantante no tiene ninguna duda sobre lo que haría con él: "Ponerle dinamita. Sacaría a Franco y a José Antonio y se los daría a sus familias. Haría lo posible para que los cadáveres de los otros 30.000 también fueran devueltos a sus familias. Dicho eso, dinamita. Es el único lugar donde el asesino está enterrado con los que asesinó". Ramoncín habla de Franco con la boca grande, y del rey Juan Carlos con la boca pequeña.

TVE

Cuestionado por el periodista sobre si Ramoncín vale más por lo que calla que por lo que dice, él le da la razón poniéndose misterioso con la figura del rey emérito: "Yo tengo la mejor anécdota del rey Juan Carlos. Pero no se puede contar porque hay implicada una mujer, claro, cómo no...".

Hablando de callar, también se guarda el nombre de una "estrella, un tipo muy famoso" que le dijo que no creía en el canon cuando 'el rey del carcomo frito' se puso la capa de defensor de los derechos de los artistas: "No volvería a dar la cara por un colectivo de hipócritas, de cobardes, de cómplices silenciosos y de gente que tiene la fea costumbre de poner la cartera en un sitio y la boca en otro. A ese le tuve que decir que era el que más había cobrado de canon en los dos últimos años. No le di un cabezazo porque iba en el AVE. Un mierda". Han pasado 40 años, pero Ramoncín sigue teniendo la polémica estrella roja pintada, como mínimo, en el alma.