Decenas de discos publicados, millones de discos vendidos, toda una vida encima de los escenarios con un estilo único e irrepetible que todo el mundo ha tratado de imitar. Uno de los tipos más magnéticos e hipnóticos cuando se pone a cantar, acompañado de unos movimientos marca de la casa. Que Raphael es uno de los cantantes más icónicos en España es un hecho incontestable. El de Linares, a sus 81 años, que se dice pronto, publica nuevo disco: Ayer... aún, donde rinde homenaje a artistas imprescindibles de la música francesa que para él son vitales, como Gilbert Bécaud, Charles Aznavour, Jacques Brel o Édith Piaf.
Raphael tiene cuerda para rato, y eso que ha sufrido alguna sacudida de salud importante. Pero él continúa al pie del cañón, y lo que te rondaré morena, y lo hace, no solo con sus canciones, sino también con su carácter y su personalidad. Porque si una cosa tiene Raphael es que hace y dice lo que le sale del moño. Lo ha hecho toda su vida y lo seguirá haciendo hasta el día que se muera. Cuando siente que tiene que alzar la voz, lo hace, cuando siente que tiene que decir la suya, lo hace. Y si a alguien no le gusta lo que dice, dos piedras, debe pensar.
Con motivo de su último trabajo lo han entrevistado en el diario El Mundo. Y como siempre que habla, ha dejado alguna perla. Por ejemplo, hablando de muchos hiperventilados que se envuelven a la mínima de cambio con la bandera rojigualda para hacer saber al mundo que ellos son muy españoles y mucho españoles y más españoles que nadie. Muchos patriotas españoles que van bandera arriba bandera abajo. Raphael, que ha vivido casi siempre en España ("Yo he elegido vivir en España pero no por cuestiones de impuestos, sino porque he querido. Lo de pagar impuestos es simplemente mi obligación") es una especie de embajador de facto de España, llevando su nombre por el mundo durante toda su carrera. Pero eso sí, el cantante se muestra contundente y verbaliza una frase que no querrán oír muchos cuando la lean: "Llevo toda mi vida llevando el nombre de España por el mundo, pero para ser un buen español no hace falta ir por la calle llevando una bandera, ¿no te parece? Ese no es mi estilo. Yo soy español y andaluz y es una cosa de nacimiento. No he tenido otra patria que no sea ésta: soy andaluz, español y europeo".
Preguntado por el citado medio sobre si "¿Le duele España?", a ver si le podían encontrar las cosquillas y atacar el gobierno de Sánchez, el PSOE o Catalunya, Raphael les deja con un palmo de narices con una respuesta sincera: "Me duele Valencia. Es una catástrofe. El domingo cantaré para Valencia, pero es lo único que yo puedo hacer". Y la situación política, ¿cómo la ve?: "Estamos en un momento de discusiones, pero yo soy muy optimista en ese sentido. Lo que tenemos que hacer los españoles es hablar y reunirnos, hablar, hablar y hablar hasta que nos arreglemos, como los niños". Genio y figura.