La pesadilla de Raquel Sánchez Silva sigue martirizándola. Han pasado casi cinco años desde que se localizara el cadáver de su marido y empezara una ardua investigación judicial. El cámara italiano Mario Biondo se encontró sin vida en su domicilio, una muerte en extrañas circunstancias que hizo sospechar a la policía. En un primer momento se archivó el caso diciendo que había sido un suicidio, ya que se lo encontraron colgado con una pashmina de una estantería, simulando un juego sexual de autocolgarse para masturbarse y aumentar el placer. Ahora bien, la familia no estuvo nunca conforme: no había motivo para que lo hiciera voluntariamente y las pruebas hacían pensar más bien en un asesinato.
La presentadora pasó a ser sospechosa de haber ordenado el crimen. Y es que su primera aparición televisiva después de la muerte del marido fue un vídeo muy turbio en el que patrocinaba una marca de móviles diciendo: "Los mensajes por la muerte de mi marido me han llegado gracias a este Sony Xperia Z".
Parece que el forense español quiso quitarse el caso de encima, pero un juzgado de Madrid acabó reabriendo el caso e imputándolo por falsedad documental. Los padres del muerto se querellaron contra este médico por falsificar el informe médico de los motivos de la muerte de su hijo y un juez lo admitió a trámite.
La familia italiana siguió insistiendo e insistiendo y finalmente consiguió que la justicia de Palermo reabriera la causa. Un informe forense reforzó las hipótesis que sólo podría haber muerto asesinato, sin haber señales de la asfixia que se habría practicado y en encontrarse en una posición que no cuadraba tampoco...
El último paso de la justicia italiana fue adjudicar el caso a dos nuevos fiscales que solicitaron al juez un incidente probatorio, es decir, reunirse con los forenses y ratificar el informe. Querían demostrar que la escena la prepararon, habiendo matado al joven con un golpe en la cabeza y estrangulándolo y colgándolo posteriormente de la estantería con un pañuelo en el cuello para simular que se había suicidado.
En estos cinco años, los Biondo han llegado a encargar hasta cinco informes independientes y todos han llegado a la conclusión que la autopsia española fue negligente y que Mario sólo pudo morir asesinado. Pues ahora, el último paso de los nuevos fiscales ha sido convencer a la Fiscalía General de Palermo. El mes que viene nombrarán a un equipo de peritos oficiales que someterán el cadáver a la tercera autopsia.
El avance ha sido muy aplaudido por la familia, que hace años que luchan por demostrar que el hijo no se suicidó. ¿Cómo acabará esta turbia historia?