Ricky Gervais es una de las voces más mordaces del star system actual. El actor, director y humorista británico es el autor de una de las mejores series cómicas de este siglo, The office. Después vendría Extras y recientemente, todo el mundo deja por las nubes su nueva propuesta, After life. En cine le hemos visto en Noche en el museo, pero si hay una exhibición suya que habría que ver una y otra vez en bucle son los monólogos iniciales cuando ha presentado los Globos de Oro. Pocos actores han provocado tanta carcajada en la industria encorsetada de Hollywood con su irreverencia.
Este fin de semana Gervais ha estado en Barcelona presentando su espectáculo teatral SuperNature, un ácido monólogo de hora y media donde se ríe de todo quisqui. Con la sombra de la polémica cerniendo siempre encima de su cabeza, el público del Auditorio del Fòrum del Centro de Convenciones Internacional pudo disfrutar de su sarcasmo con un show del que hace tiempo que se agotaron las entradas. Las supersticiones, la magia, las creencias sin fundamento, son la base de un espectáculo donde hizo alguna broma muy bien acogida, pero que "cuando la hice en Madrid no acabó de entrar bien". ¿Cuál? Una inocente donde habla de los chicos musculosos que se ha encontrado en los gimnasios, morenos y bien peinados, con músculos que tenían músculos..., pero con bigote, "y aquello lo estropeó todo". Se ve que en Madrid el tema bigotes no les hace gracia.
El humorista británico triunfó en una ciudad que lo ha dejado enamorado. Gervais ya ha dejado atrás Barcelona, pero lo ha hecho después de un soleado fin de semana y proclamando su amor por una ciudad que lo ha cautivado. Una imagen desde el puerto acompañado de una frase: "Bye, Barcelona. One of the most beautiful places on Earth. See you again" (Adiós Barcelona. Uno de los lugares más bonitos de la Tierra. Nos volveremos a ver").
Esperemos que vuelva pronto.