Pasan los días y el macabro caso de Daniel Sancho sigue siendo una de las cuestiones más comentadas del verano. Una de las historias más truculentas del año en lo criminal que nos remite, inevitablemente, a otros rostros conocidos. De hecho, probablemente eso sea otro —o el mayor— de los condicionantes para que la notoriedad del crimen haya alcanzado este nivel tan exacerbado. Copando titulares de la crónica social día sí y día también. Tema de necesaria comentada en cualquier mesa de debate televisivo que se precie.

Lo más probable es que todo el mundo esté ya al quite, y es que se anunciaba desde un buen principio: el padre del presunto asesino del cirujano colombiano Edwin Arrieta es Rodolfo Sancho, un actor consagrado del panorama estatal que a más de uno le sonará porque ha sido parte de ficciones tan míticas como Al salir de clase Amar en tiempos revueltos.

Rodolfo Sancho no ha viajado a Tailandia a ver a su hijo

Todos los medios se hacían eco desde que se empezaran a conocer las primeras informaciones de que tanto el padre como algunos otros miembros de la familia habrían viajado ya hasta el país asiático para conocer el estado de Daniel Sancho. El chef madrileño de 29 años pasó a disposición judicial poco después del suceso y se encuentra recluso en las dependencias del penal de Koh Samui desde el pasado 7 de agosto. Poco a poco se han ido conociendo más detalles de cómo es esta cárcel, más teniendo en cuenta el estricto régimen en el que viven los presos en Tailandia.

Daniel Sancho sin camiseta. / Instagram

En el penal, los reclusos no disponen de camas, el agua es escasa y la comida es muy limitada. Se filtraba, también, que Sancho habría pedido medicamentos para lidiar con la ansiedad y poderse poner en contacto con su familia. Algo, por ahora, imposible. No solo por el hecho de que todavía debe terminar su periodo de aislamiento de 10 días protocolario para evitar contagios de coronavirus, sino porque ahora conocemos que en ningún momento ha viajado Rodolfo Sancho ni nadie de su familia hasta allí por cuestiones de seguridad. Con el titular "desolado, se refugia en Fuerteventura", ha sido la revista Diez Minutos la que publicaba en exclusiva unas imágenes del actor. Descamisado en un paralelismo con las imágenes que circulan de su hijo, y pasando unos días en Canarias.

Portada de Diez Minutos del 16 de agosto. / Diez Minutos

De acuerdo con los datos recogidos en la publicación, el intérprete lleva recluido en la isla junto a su pareja Xenia Tostado y su hija Jimena, de ocho años, desde el pasado 5 de agosto, día de la declaración de culpabilidad de su hijo. Era el pasado lunes 14 de agosto cuando por fin salía de su casa y se captaban estas instantáneas en las que, mientras habla por teléfono, queda muy claro que su estado anímico dista mucho de estar en un buen lugar. Todo esto sucede mientras al otro lado del globo, la policía tailandesa ha dado ya el caso por cerrado y tiene clara cuál es la condena que la Fiscalía pedirá para el joven.

Daniel Sancho se enfrenta a la pena de muerte

La pena capital. Esa es la condena que se pedirá para Daniel Sancho en Tailandia ahora que las autoridades tienen claro que el de Edwin Arrieta ha sido un asesinato premeditado, penado allí con la pena de muerte por inyección letal. Gemma Bafalgón, la abogada de Sancho, intentará hacer efectivo su traslado a España. En lo que respecta a la condena, si finalmente recae en él la pena de muerte, solamente el excéntrico rey de Tailandia podría salvarlo. Atendiendo a lo preocupante del caso, la pareja de Rodolfo Sancho ha terminado por pronunciarse para pedir un mínimo de respeto para su hija. "Llevo días sintiendo la necesidad de expresar mi preocupación y el miedo que siento como madre. No sabemos si estamos seguros. Mi hija vive al margen de todo lo que está pasando y así será mientras podamos y nos lo permitan".

Daniel Sancho de joven y su padre Rodolfo Sancho. / GTRES
Imágenes de Sancho en Tailandia de camino a los juzgados. / EFE

En los últimos días, la prensa tailandesa se ha hecho eco del bajón anímico de Daniel en la cárcel. En breves terminará su periodo de aislamiento, pero es posible que se perlongue por su seguridad.