El 27 de noviembre, nueva fecha clave en el devenir de la resolución del caso de Daniel Sancho. El hijo del célebre actor Rodolfo Sancho, encarcelado desde el pasado mes de agosto de manera preventiva por el asesinato de Edwin Arrieta, ha vuelto a salir al mundo exterior. En ningún caso en libertad, ya que, en realidad, la ruta que ha hecho fuera del penal de Koh Samui ya la conocía muy bien. Tocaba visitar las Cortes de la isla tailandesa de nuevo después de que lo hiciera por primera vez el 13 de noviembre y con una declaración que aportaba un giro de guion brutal.
El chef dice que no es culpable de los cargos que se le imputan. Al menos, no de todos. Sí que reconoce haber descuartizado el cadáver de su amigo colombiano, como ya aseveraba en una de las grabaciones de la reconstrucción de los hechos que ha trascendido a los medios de comunicación. Sin embargo, niega ser responsable de su muerte y tampoco afirma haber sustraído la documentación del facultativo para esconder pruebas. Con todo, un cambio brutal en la narrativa después de que se hubiera dado por hecho desde el principio que él se había confesado autor total del suceso y que se le podía a llegar a condenar con la pena de muerte. Dicho esto, tocaba agendar una nueva fecha para que el detenido y la defensa conocieran, por fin, cuando se celebrará uno de los juicios que más interés ha suscitado en la crónica negra —y rosa— del Estado español.
Desgraciadamente, parece que la judicialización del caso queda siempre lejos de seguir los pasos protocolarios. Por enésima vez, todo queda aplazado. No será hasta el 12 de diciembre que el juez emita su dictamen, ya que la defensa del 'youtuber' culinario todavía no ha aportado el listado de pruebas. Ahora bien, esta última jornada en el Tribunal de Samui sí que ha servido para obtener una imagen nunca vista. Y es que ya se sabe que la primera persona que viajó hasta Tailandia para reencontrarse con Daniel fue Silvia Bronchalo, su madre. Se instaló allí y desde el principio hizo visitas prácticamente diarias a su hijo. Sin embargo, todo cambió con la llegada del famoso padre del reo. Nunca se habían dejado ver juntos, y siempre que Rodolfo aparecía ante las cámaras de televisión y fotógrafos, Bronchalo quedaba en un segundo plano para no mantener contacto público con su ex ni alimentar las habladurías.
Nunca hasta hoy. Cara a cara en el interior de la sala de vistas, los progenitores del joven se han reencontrado con el objetivo de seguir dándole apoyo en este momento tan duro. En el exterior no ha habido opción a la tan buscada foto de familia, ya que han llegado por separado y manteniendo las distancias. Destacables también sus reacciones ante una situación complicada. La primera en entrar ha sido Silvia Bronchalo, que después de dos meses desaparecida del ámbito mediático ha vuelto a escena acompañada por una abogada española. Visiblemente nerviosa y con un rictus serio, no ha hecho ninguna declaración.
Claro contraste con el protagonista de Al salir de clase, que ya se sabe que aparenta llevar muy bien todo este revuelo. Tranquilo, tampoco ha respondido a las preguntas de la prensa, pero ha mantenido la sonrisa que lo ha caracterizado en todas las últimas apariciones.
Dos maneras contrapuestas de tirar hacia adelante. La enésima muestra de que no se avienen y de que un aprieto como este no ayuda demasiado.