Roger Coma es de aquellas personas que generan unanimidad: la cae bien a todo el mundo. El yerno que todas las madres querrían, cara de buen niño y de no haber roto nunca un plato, con sonrisa socarrona, de travieso. Y un actor maravilloso, que apareció en nuestras vidas el año 1997 gracias al filme "Caricias", de Ventura Pons, que después se ha ido forjando una sólida carrera delante de cámaras y encima de los escenarios, con papeles icónicos como el 'Roger Brunet' que hizo en Porca misèria o El crac, y a quien hoy todo el mundo lo conoce como el entrañable 'Ivan' de Com si fos ahir, el hombre de las camisas imposibles.

Roger Coma en 'Com si fos ahir' TV3

Ahora ha hecho A muerte de Dani de la Orden, y ha estrenado monólogo, No ho hauria de fer, en la sala El Molino hasta finales de marzo, donde sirviéndose de un discurso en un funeral reflexiona sobre la muerte, la idealización de los difuntos y las complejidades de las ceremonias sociales, con aquel humor irónico marca de la casa.

 

Y sin cerrarse la puerta a seguir haciendo tele, donde le baila una idea en la cabeza: "Me gustaría hacer una serie mía en la televisión, le confiesa a Ricard Ustrell en El matí de Catalunya Ràdio". Una serie en catalán, claro está. Porque si una cosa tiene clara Roger es que piensa defender su lengua a capa y espada. Hace un tiempo, en la misma emisora pública, soltó que "Soy la catalanidad hecha persona". Hablando sobre el uso del catalán y en qué situación se encuentra nuestra lengua, tenía claro que "El idioma vehicular del patio, de uno de los niños es el castellano y del otro, el catalán, entonces... tengo que respirar, tengo que respirar, porque tampoco me puedo meter de una manera excesiva, porque a veces también, una cierta manipulación allí dentro es tóxica y te puede salir el tiro por la culata". Cuestionado sobre si le preocupaba la situación del catalán, lo tenía claro: "Muchísimo. Me preocupa, me es dolorosa, me hace daño, me lo paso mal realmente y me amarga el día". Ahora, la cosa no ha mejorado.

"Me sigue haciendo sufrir, como un dolor físico, la situación del catalán. Nos ha tocado vivir eso". Para él la lengua siempre ha sido muy importante a la hora de aceptar un proyecto, "y cuanto mayor, más. Ahora tengo 48, años. Ayer pensé que me gustaría estar en Corea para hablar más catalán que aquí, ¿sabes? Iría siempre al casal catalán de Corea y me sentiría más catalán que aquí. Aquí es bastante conflictivo ser catalán en Catalunya, allí lo podría ser sin vergüenza, sin colonizadores," dice sarcástico..., pero directo al mismo tiempo.

Roger, eso sí, "disfruto de trabajar aquí. A mi edad, ¿qué tengo que agradecer? La educación que he recibido y siento que con espectáculos en catalán y difundiendo un poquito el contexto territorial que yo he vivido, siento que estoy haciendo un tipo de servicio, como un retorno". Una conversación deliciosa y necesaria con un tipo que tiene la cabeza muy bien amueblada:

Roger Coma, claro y catalán.