Si la semana pasada se casaron en secreto Andreu Buenafuente y Silvia Abril, ahora ha sido el turno del motorista Sete Gibernau y su flamante esposa Cristina Camacho.
La pareja ha conseguido despistar del todo a la prensa, que no ha podido enterarse hasta este martes de la ceremonia.
Gibernau y Camacho se dieron el "sí, quiero" el pasado sábado en Vulpellac, pequeña entidad de población de Forallac, municipio del Baix Empordà.
Según apunta Vanitatis, sólo la familia y los amigos más próximos fueron invitados al acontecimiento, si bien entre estos se encontraban algunos rostros conocidos. Por ejemplo, el excampeón mundial de motociclismo Àlex Crivillé, el extenista Juan Carlos Ferrero o Dani Homedes, la expareja de la modelo Ariadne Artiles.
La boda tenía una premisa, la intimidad, y eso se cumplió sin fisuras. Lo mismo pasó en la primera boda de Gibernau, en 2007, cuando contrajo matrimonio con la modelo Esther Cañadas, de la que se separaría tan sólo un año después.
Finca embargada por Hacienda
El escenario de la boda, la finca de Vullpellac, esconde un punto oscuro: está embargada por Hacienda. Tanto esta, como todas las otras propiedades que Sete Gibernau tiene en España.
Su expareja Esther Cañadas declaró a favor de él por este asunto, pero sin embargo el caso no está archivado y tiene opciones de traer más quebraderos de cabeza al piloto.
La desconocida Cristina Camacho
Tan desconocida era la boda de Sete Gibernau, como la mujer con la que contraía matrimonio. Se trata de Cristina Camacho, una joven de 28 años (él tiene 44), de la que no se conoce todavía trayectoria personal ni profesional.
Su talante discreto y desconocido llega incluso a los presentes en la boda, algunos de ellos, según Vanitatis, prácticamente incapaces de decir nada sobre ella.
Veremos si este matrimonio de Sete se alarga más que el primero.