La vida de Shakira ha sufrido un revolcón descomunal durante este 2022. Es el año en el que todo se ha ido a hacer puñetas, especialmente su vida íntima, de pareja y familiar. Ha roto con Gerard Piqué después de 12 años de relación aparentemente idílica, coronada con el nacimiento de dos criaturas adorables. El fin de su historia es doloroso, con la infidelidad como principal causa del conflicto. Filtraciones, fotografías, testimonios, incluso un acosador a las puertas de casa... no hay día en el que no tengamos dos o tres capítulos más de serial rosa del momento. No debe ser fácil de digerir. Pero no es el único dolor de cabeza de la artista, no. Hay otro tema muy delicado que le preocupa: la causa judicial abierta por defraudar a Hacienda. El juzgado ha rehusado su recurso y tendrá que ir a juicio. Tiene mala pinta la cosa, podría comportar pena de prisión.
A Shakira se la acusa de un fraude fiscal de 14'5 millones de euros, porque el juez considera que entre 2012 y 2014 ya era residente fiscal en España y tenía que pagar sus impuestos. Ella, sin embargo, asegura que tenía fijada la residencia en Bahamas, y que era una "nómada del mundo" por su trabajo. Que si la veían por Barcelona era casual, esporádico. Desgraciadamente, sus publicaciones, visitas de familiares, extractos de tarjetas de crédito, compras de casas e incluso el seguimiento del embarazo de Milan se hacían en la capital de Catalunya. O lo que es lo mismo: pasaba más de 183 días al año en el Estado español, la madre del cordero del problema. Por mucho que lo ha intentado, no cuela. A juicio. Y pintan bastos. Siempre que, claro, no llegue primero a un pacto con la Fiscalía.
El giro radical de la defensa de Shakira, influido por lo que ha pasado con Gerard Piqué
Durante todo este proceso judicial Shakira ha mantenido la línea dura de defensa aconsejado y apoyado por el propio Gerard Piqué. El futbolista había pasado por problemas con Hacienda y, a pesar de perder el caso en primera instancia, consiguió que el Supremo le anulara una multa de 2.100.000€. Piqué confiaba a pies juntillas en el equipo legal que los representaba, y así ha sido durante años. Pero la sólida postura de la cantante se empieza a tambalear. Más bien, a moverse. Y el motivo es precisamente la ruptura sentimental con el central culé. La separación es total, y la estrategia ha dado un giro radical, como se explica este domingo en 'El País'. "Busca un pacto con la Abogacía del Estado y con la Fiscalía que le permita evitar la cárcel a cambio de aceptar que defraudó y de pagar una multa millonaria", aseguran.
Shakira quiere evitar la prisión y un juicio espectáculo
El tiempo se agota. Shakira no quiere cárcel, y sobre todo, no quiere un juicio espectáculo en el que su vida íntima quedará totalmente al descubierto: se trata precisamente de demostrar y documentar qué hacía, con quién iba y cómo gastaba su dinero durante aquella época en Barcelona, los mejores años de su relación de pareja. Un show más que añadir al programa de circo en el que se ha convertido su día a día. Afirman que "pretende cerrar un capítulo judicial que le afecta mucho emocionalmente", y que la dejaría con las manos libres para marcharse definitivamente a Miami. Quiere abandonar Catalunya, y a ser posible, con los chiquillos. Piqué, sin embargo, no está por la labor. Esta es la otra gran guerra legal a la vista, la de la custodia y la residencia de sus descendientes. Mucha plancha.
La tormenta no sólo no ha pasado. Es que sólo era xirimiri. Lo peor podría estar por llegar.