Shakira ha vuelto a volar, se ha liberado después de vivir un infierno en la prisión en la que estaba cerrada a causa de una hemorragia en las cuerdas vocales. Dos veces tuvo que cancelar la gira europea, diagnosticándole una enfermedad grave que fue un golpe durísimo. Pero eso llevaba ligado un temor todavía mayor: ¿podría volver a cantar? Los pronósticos no eran muy favorables, precisamente, oliéndose los médicos que al operarla podría perder el tono tan característico de su voz.
Pero la colombiana vivió un milagro, superándolo sin complicaciones y pudiendo poner en marcha finalmente una gira que le está haciendo triunfar. Toda Europa ha vibrado con sus hits este verano, llenando el palacio Sant Jordi de Barcelona dos días seguidos: dedicando un tierno Boig per tu a su suegro y enviando un mensaje romántico tras otro a Piqué. Ya han empezado las vacaciones, dejándose ver en su nuevo restaurante por primera vez muy enamorados.
Y ahora, en este oasis de paz y tranquilidad, Shakira se ha visto con fuerzas para recordar lo mal que lo ha pasado. Hace unos meses concedió una entrevista asegurando que habían sido los meses más difíciles de su vida, y todo por culpa de esta lesión vascular: "Recuerdo estar rezando. Prometí a Dios que si podía volver a cantar, lo celebraría cada noche, así que eso es lo que estoy haciendo", confesó por entonces.
Pues bien, ahora ha vuelto a incidir en este tema, hablando del infierno que ha pasado: "Muchas veces me preguntaba por qué estaba pasando por tantos obstáculos. Había días que no tenía ni ganas de levantarme. Nunca pensé que podría llegar a perder mi voz. Pensé que podría perder muchas cosas en la vida, pero no la voz. Cuando me encontré en aquella situación... fueron mis días más difíciles", ha asegurado a EFE.
La cantante se encuentra en su Barranquilla natal, interviniendo en la ceremonia de inauguración de los XXIII Juegos deportivos centroamericanos y del Caribe:
Shakira ha querido agradecer el reconocimiento de sus seguidores, aplaudiendo que llenen los conciertos después de todo: "Nunca valoré tanto mi carrera como ahora. Nunca valoré estar en el escenario y cantar con el público como ahora. Esta gira ha sido más especial que las otras. Siento una conexión con el público casi metafísica, una conexión brutal". Ahora bien, reconoce que todavía no está al 100%. Y es que sufrir esta pesadilla ha hecho que todavía tenga miedo a revivirlo: "Todavía no estoy libre de todos los miedos. Por eso quizás cada vez que salgo a cantar es una bendición".
La cantante está descansando después de unas semanas muy intensas viajando y cantando sin descanso, y todo acompañada de los hijos. ¿Cómo estarán viviendo esta aventura en familia?