Una nueva muestra que la frase el bótox lo carga el diablo está más vigente que nunca lo hemos encontrado en la cena benéfica Apuesta por Ellas, un acto que tiene como objetivo conseguir financiación para proyectos que mejoren la situación de las mujeres de Guinea-Bisáu. Un acontecimiento digno de elogiar para los VIPS que se dan cita para aportar un pequeño grano de arena para la causa. Y una cena donde alguna invitada demostró que venía llena de casa... de bótox.
Más de uno se frotó los ojos cuando vio esta imagen en el photocall del acto, con una especie de réplica de Christina Aguilera vestida de pantera rosa al lado de un acompañante que rivalizaba con ella con respecto a estiramientos de la piel. Entre los dos probablemente hayan acabado con las existencias de bótox de la capital. Sorprende, sin embargo, las semblanzas evidentes entre esta invitada y la cantante norteamericana.
Y sorprende todavía más que quien se ha transformado en ella sea la cantante de boleros Tamara. A sus 33 años la artista está irreconocible. Últimamente ya había flirteado mucho con sus visitas al quirófano, pero esta vez parece como si el cirujano se hubiera distraído más de la cuenta escuchando aquello de reloj no marques las horas y el estropicio en el rostro de Tamara parezca difícilmente reparable. Un cambio que ha dejado a sus seguidores con las manos en la cabeza.
Lejos queda esta imagen de la cantante. Una cantante que probablemente ya no pueda volver a cantar uno de los boleros más famosos, Piel canela... A partir de ahora tendrá que ser Piel de bótox.